Jorge Giraudo, coordinador del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), trazó una cuenta teórica a partir de la cual se llega establecer -en caso de que ocurra- cuántos pesos más por litro recibiría el productor lechero.
Partiendo de una media de 7.5% de impuestos que no le cobrarán a la cadena para exportar (entre 9% que paga a leche en polvo y 4.5% de los quesos), estimó el monto que representaría sobre lo que se vendió al exterior en igual época del año pasado y luego dividió el resultado por la producción nacional de leche habitual para la época.
Así, el impuesto no cobrado sobre los u$s 450 millones que ingresaron al final de 2022 serían unos u$s 33.8 millones. Teniendo en cuenta que en el último trimestre del año pasado se produjeron 3.190 millones de litros de leche «te está dando algo así como un centavo con trece» de dólar para cada litro de leche.
Pero ahí no termina la cuenta. Ese saldo primero debe convertirse al dólar oficial y luego asignarle lo que en promedio suele quedar para el tambero del precio del lácteo al salir de la usina. «Normalmente en la distribución a la salida de fábrica el productor se lleva el 54%, a un dólar de $350, que es a lo que exporta el sector, serían $2 más por litro», concluyó Giraudo.
Costos promedio de producción de leche.
Claramente no es un monto significativo para el productor. Aunque aclaró que «sería irrespetuoso» despreciar la medida, sostuvo: «el efecto sobre el tamaño de esta cadena es pequeño».
Para dimensionar la incidencia que tendrían esos $2 por litro, vale decir que el OCLA relevó en agosto a un precio promedio nacional para el litro de leche al tambero de $111,79 y Giraudo estimó que septiembre podría alcanzar entre $117 y $118. Sin embargo, el costo directo de producir ese litro de leche fue de $115,04.
Peor aún, luego de conocerse un estudio de INTA, a este último valor el OCLA añadió el «efecto sequía», resultado de tener que comprar fuera del establecimiento el alimento que no se pudo producir dentro del tambo. Así, el costo directo por litro de agosto se eleva a $137. Pero si el número que se busca es uno que de sustentabilidad al negocio lechero, entonces se debe agregar un costo de oportunidad al capital de 5%, con lo que se llega a un precio de equilibrio de $ 150 por litro.
«Lo que sí se puede tomar como una ventaja adicional, si es que ocurre, es que esto descomprima un poco el mercado doméstico», dijo Giraudo sobre la posibilidad de que al aumentar los ingresos por comercio exterior las empresas no precisen incrementarlos tanto en el mercado interno. Sin embargo, aclaró: «sabemos que estamos con precios cuidados y una pauta mensual de aumento de 5% con una inflación de dos dígitos, es poco esperable que esa descompresión del mercado interno se capitalice en mejor recaudación de la cadena».
Otro dato que remarcó Giraudo es que la estadística oficial contradice el diagnóstico que planteó el sector industrial de estar «sobre stockeados». En base a la información que las usinas están obligadas a suministrar, según Resolución 230/16, y que hace pública la Dirección Nacional de Lechería, las existencias «no son mucho más elevadas que el año pasado».
En realidad, hay mucha diferencia entre empresas, ya que algunas decidieron hacer stock pero otras no. Aunque «nadie está en condiciones financieras de comprar materia prima, pagar salarios e insumos para la elaboración y guardar en un mercado mundial en baja y una inflación del 124% anual». Por lo que Giraudo planteó: «o sea que sobre stock no hay»; al menos «en términos agregado de producción». Si bien algunas firmas tienen un incremento, «el stock general que publica la Dirección Nacional en base a la Resolución 230, ese stock no se ve significativamente incrementado en este período», concluyó.