La cadena láctea, que comprende desde la producción, procesamiento y transformación hasta la comercialización de la leche y sus derivados, es un renglón cuya tendencia está relacionada tanto por el comportamiento de los diferentes sectores económicos, como por el panorama nacional y mundial.
El último boletín de indicadores expedido por la Asociación Nacional de Productores de Leche, Analac, que provee información clave para la toma de decisiones informadas en el sector, señaló que, pese a que los costos de producción permanecen en niveles altos, continúan presentando tendencia a la baja en comparación con otros períodos.
Esta tendencia a la baja en los costos de producción presentada desde mitad de 2023, según lo señaló Felipe Pinilla de Brigard, presidente ejecutivo del gremio, se debe a los bajos precios de fertilizantes, que han disminuido casi a la mitad de lo que llegaron a alcanzar en su máximo. Además, la tendencia de la tasa de cambio ha ayudado a que insumos como el maíz, la torta de soya, entre otros, no lleguen con precios elevados.
“La tendencia a la baja es positiva, pero todavía estamos en niveles históricamente altos. Por ejemplo, 2022 fue un año de, tal vez, los costos más altos en la historia reciente para la lechería, y esta tendencia hasta ahora se está logrando bajar al nivel en el que cerramos 2022”, precisó Brigard.
Según la bolsa de Chicago, los precios internacionales de los fertilizantes frenaron su aumento en el último mes. El precio promedio internacional de la urea cerró septiembre, cayendo 5,7% frente al mes anterior, ubicándose en US$384 en promedio.
Además, según el boletín, el comportamiento de los precios de los aceites vegetales expuesto por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, tuvo tendencia a la baja en septiembre de 2023, mostrando un retroceso de 3,9% frente al mes anterior. Cereales como el maíz, según información de la Bolsa Mercantil de Colombia, BMC, tuvieron aumento de 4,1% en el importado, y caída de 15,9% en el nacional.
Frente al Índice de Precios al Productor de Leche, Ippl, que resalta el comportamiento de los precios que los productores afrontan para producir leche, suministrado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, frente al mes anterior, el IPPL cayó nuevamente 2% y sumó cinco meses con tendencia a la baja.
“Si miramos lo que le están pagando al productor, observamos que el precio más alto que alcanzó lo tuvo en marzo de este año. A partir de ese mes, ese precio viene cayendo y los anuncios es a que puede seguir bajando. Si yo hago ese mismo ejercicio con los precios del consumidor, estos no han mostrado una tendencia clara a la baja, es decir, al productor le está bajando su ingreso, pero al consumidor le sigue costando mucho cada derivado lácteo que sale a comprar”, resaltó.
Este fenómeno se debe a que la leche tiene muchos productores en comparación con sus compradores. Se podría estimar que existen alrededor de 320.000 productores, según Brigard, mientras que, exageradamente, hay entre 5.000 y 6.000 compradores.
“Los formales que le reportan al ministerio no alcanzan a ser 600. Esos poquitos compradores salen y les compran a 320.000 productores. Entre menos compradores haya, dependiendo de la zona geográfica, más poder de negociación termina habiendo de la mano del comprador”, anotó.
Por ello, desde el gremio esperan que, si ya llevan más de seis meses con precios al productor con tendencia a la baja, haya también una reducción en el precio al consumidor para que se potencialice su consumo.
Según el Dane, la inflación de la leche y sus derivados en septiembre de 2023 frente a diciembre de 2022 representan un aumento en los precios de los lácteos como leche, con 11,9%; mantequilla, 20,8%; quesos y afines, 3,4%; y otros lácteos, 7,6%.
Y, ¿El Niño?
“Por lo menos en pronóstico, cada vez es más claro que el Fenómeno de El Niño va a pegar. Al cierre del año y comienzo del otro va a ser quizás el momento en donde más pudiere llegar el impacto de El Niño y, eso, naturalmente, genera retos para la producción de leche”, afirmó.
Según un informe del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, se espera que los efectos de este fenómeno climático se sientan, al menos, hasta mayo de 2024, y la mayor intensidad se dé en el periodo de noviembre de 2023 a enero de 2024.
Con verano y escasez de agua, la posibilidad de obtener los mejores pastos es compleja, además de que se reduce la oferta de pasto. Esto termina encareciendo y complicando la producción de leche porque los productores deben invertir más para lograr la misma cantidad de pasto, o comprar alimentos y suplementos adicionales a mayor costo.
“Si el fenómeno de El Niño tiene su impacto más fuerte al cierre del año y comienzos de 2024, esperamos que, por lo menos, deje de bajar el precio al productor y se estabilice. Desafortunadamente, si el impacto de El Niño genera complicaciones fuertes a la producción, va a ver una situación difícil, y va a ser un reto mantener la producción. En consecuencia, habrá una presión que lleve al alza a los precios que se le deben pagar al productor”, certificó.
Desde la Asociación creen que se va a cerrar el año con una producción menor a la de 2022, entendiendo que es una afirmación basada en estimaciones que no comprende la totalidad exacta de la cadena lechera.
“Nosotros somos un sector, como muchos en Colombia, en el cual más o menos 52% de la producción se comercializa de manera informal, y 48% se acopia formalmente. Entonces tenemos una debilidad de que solo tenemos buena información para lo formal, para lo informal lo que tenemos es una serie de estimaciones que no dejan de ser estimaciones”, concluyó Brigard.