En el sector lácteo argentino, el caos es total. Inflación, enormes desbalances generados por los Programas de Incremento Exportador, dólar soja, dólar agro, dólar maíz y además sequía, que obliga a los productores traer de tranqueras afuera el alimento, a precios disparados por estos mismos parches.
Como dicen ellos, las vacas comen en dólares, producen en pesos y el precio de la leche no puede alcanzar a la inflación.
La industria viene incrementando el valor de la leche en aproximadamente un 10% mensual, y es un porcentaje de aumento que se estima que se mantendria hasta fin de año
De todos modos ese porcentaje no es suficiente para cubrir los costos. Son demasiados los meses que los números vienen sin cerrar.
Pero el Gobierno le pidió a la industria un “máximo esfuerzo” para recomponer el precio de la leche a los tamberos, aunque éstos ya pagan más de lo que su capacidad financiera les permite.
Así les dijo el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, que convocó al Centro de la Industria Lechera (CIL) y la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) para reiterarles que acompañen al productor lechero, como les pidió el Mininstro Massa… desde un primer momento.
El gobierno está preocupado por la dificil situación del sector y por el delicado momento que atraviesan los productores más aún, pero que el esfuerzo, uno máximo, lo haga otro.
Pablo Villano, presidente de Apymel explicó que las exportaciones disminuyeron y que no alcanzarán el 20% de la producción, por lo que el excedente se vuelca al mercado interno deprimido, complicándolo todo aún más.
Durante la reunión Bahillo resaltó cómo el Gobierno este año ayudó como el programa Impulso Tambero, que acompañó con un apoyo económico el valor por litro de leche diaria producida e hizo mención de la suspensión de las retenciones por 90 días, pero en la cancha la situación es tal que esa “ayuda” no rinde.