Aprovechar las nuevas tecnologías requiere analizar y usar los datos que sensores y monitores están entregando en la sala de ordeña y en el campo. El cambio tecnológico llegó y el mensaje es aprovecharlo para mejorar el bienestar del rebaño.
Ese es el concepto que entregó el seminario y día de campo “Uso de tecnologías para mejorar el bienestar animal en sistemas lecheros”, organizado por el Programa de Bienestar Animal de la Universidad Austral de Chile y DeLaval realizado en Inia Remehue, con el auspicio de Cooprinsem y DeLaval, además del patrocinio del Consorcio Lechero e Inia.

Especialistas en producción de leche y en manejo del rebaño entregaron una visión muy orientadora para aprovechar estas inversiones, como collares, sensores, programas de gerenciamiento, sistemas de ordeña robótica, entre otros, con un enfoque que impacto positivamente en el bienestar del rebaño.

La investigadora de la Universidad Austral, la Dra. Pilar Sepúlveda, destacó que el sector no puede estar ajeno a la tecnología. “Son herramientas que nos ayudan a tomar decisiones en base a mediciones, sobre todo en cuanto a comportamiento, que son tan importantes en bienestar animal”.

“Hemos visto que cada una de estas tecnologías, con buen uso de la información a nivel predial, permite adelantarse, por ejemplo, a temas de salud del rebaño, lo que será positivo para los animales y también para las personas que están trabajando con ellos.

Por eso creernos que este seminario unió experiencias desde la investigación y la aplicación, las cuales van impulsando al bienestar animal”, explica la coordinadora del área de Producción de Leche del Consorcio Lechero, Alejandra Viedma. La Inteligencia artificial hoy está impactando todo, explicó el investigador de la Universidad de Vermont y líder de Costa Lab, Joao Costa. “Y esto no es distinto en la producción de leche. Estamos atrás y creo que la producción de leche tiene menos de estos datos de la inteligencia que otras industrias como la producción vegetal.

Hoy podemos saber cómo están todos los animales en un grupo, lo que tendrá un impacto mayor: Saber que la vaca está enferma antes que verla enferma; saber que la vaca está coja, antes que verla coja”.

Para el especialista, usar bien los datos y administrarlos adecuadamente permitirá adelantarse a los procesos y avanzar en salud y bienestar animal. “Hoy el mayor desafío en producción animal y el uso de tecnologías está en que las personas estén capacitadas para usar estas herramientas.

Hay cambios y mejoras, pero tenemos que ser capaces de usarlos bien, colocar los datos y la información en el manejo diario. Muchas veces vemos cómo se invierte millones de dólares y se sigue haciendo todo como se hacía antes de la inversión”. Es una invitación a que las labores tradicionales de los equipos de colaboradores usen más los datos disponibles para tomar las decisiones.

Un gran desafío es usar los datos para detectar enfermedades, “necesitamos que las personas puedan reconocer los síntomas, tener tiempo y la tecnología puede hacer eso más sencillo, que podamos encontrar vacas 3 días antes que se enfermen y adelantar los tratamientos”.

“A los productores lecheros, el mensaje es que tienen miles de opciones, pero la tecnología viene para ayudar a hallar solución a los problemas. la visión tiene que ser hacia el problema y después buscar la tecnología que lo resuelva, no la tecnología para hacer algo que no necesitan. También que cambien la mentalidad y ver que los datos vienen para ayudar, ahorrar tiempo y capacidades”.

Rubén Pommiez, gerente de cuentas clave de DeLaval, planteó que este tipo de actividades y nuevas tecnologías impactan positivamente en salud animal, comportamiento animal y la interacción hombre-animal. “Los espacios para crecer están en alimentación, bienestar animal, salud animal, reproducción, donde se ha avanzado mucho a través de tecnologías y sensores aplicados a los animales”.

“Estas tecnologías son aplicables en todo tipo de productores, independiente del tamaño que tengan, porque todos buscan rentabilidad y sostenibilidad en el tiempo. Para eso tienen que buscar tecnologías y herramientas que los ayuden a ser cada vez más rentables”.

¿Cómo conversa el bienestar animal con la tecnología de ordeña robótica? Para el especialista de DeLaval, Enrique Bombal, el día de campo tomó los pilares del bienestar animal como la alimentación, salud, comportamiento, ambiente y estado mental, viendo cómo se aplica a la lechería robótica en sus distintas variantes o sistemas de producción.

“Los pilares, los principios y los criterios e indicadores de bienestar animal se pueden aplicar a estos sistemas y, de verdad, cuando se aplican y miden, vemos que podemos tener resultados desde el punto de vista del bienestar animal y de la productividad de los animales que pueden ser muy importantes para que el sistema sea sustentable y aceptado socialmente”.

Para decidir si un sistema está bien o mal es importante hacer mediciones. Como empresa y especialista, últimamente han estado aplicando protocolos de bienestar animal a los distintos sistemas productivos con robot, viendo los desafíos de cada uno de ellos “y viendo de qué manera mejoramos la composición de los grupos de animales, de los diseños de los sistemas robóticos, cuando hay 1, 2 o 3 robots por grupo.

Todas esas combinaciones o cómo se emplaza un robot desde el punto de vista que la vaca tenga un comportamiento lo más natural posible y que también se maximice las horas de ida a la ordeña cuando la vaca quiere ser ordeñada”.

En base a lo anterior, se definió distintos protocolos aplicados con distintos indicadores, lo que ha entregado muy buenos resultados en los sistemas de robots en drylot, compost-barn, pastoreo y free stall.

Entre los logros productivos, dice Enrique, la flexibilidad y voluntariedad que permite un sistema robótico, suma usar los recursos de una lechería de manera estratégica con los animales, “nos permite maximizar la producción no sólo en litros, si no en mayor producción de sólidos, mejor calidad de leche, en términos de recuento de células somáticas y mastitis, porque el robot permite hacer una mejor evaluación de lo que está pasando en la ubre; en parámetros reproductivos, las vacas ciclan de mejor manera, lo que permite que el rebaño tenga una estructura mucho más adecuada con lo que nosotros pretendemos”.

Un tema clave en el cual Bombal fue taxativo estuvo en el diseño de la sala de acuerdo a la realidad del predio. Esto es, pensar global y actuar local, “porque podemos tener sensores, equipamiento, el mismo equipo que el campo del lado, pero no va a tener resultados porque tiene que ver con el ganado, con el tipo de animal, con la forma de operar la lechería, los objetivos del sistema productivo.

Si bien tenemos la base conceptual de cómo hacer las mediciones, eso se tiene que aplicar a cada uno de los sistemas productivos y tomar la información de cada uno de ellos para tomar las mejores decisiones. Y ahí estamos cambiando la forma de producir, no es copiar y pegar, es llevar los diseños a lo que se necesita en cada sistema productivo y después bajarlo a la realidad del predio”.

EL IMPACTO

El investigador de Inia Remehue, Sergio Iraira, relató la experiencia de implementación en 2019 de la lechería robótica en este centro de investigación, destacando el impacto que ha tenido. “Es un componente más dentro del concepto de ganadería de precisión, que es una herramienta que nos sirve para enfrentar la menor oferta de mano de obra en el sector rural, lechero y cómo a partir de ella podemos optimizar nuestro manejo desde el punto de vista productivo, reproductivo, que se traduce en una mejor rentabilidad y sustentabilidad del sector”.

La lechería robótica contribuye a la solución, dice, con un impacto potente no sólo en el bienestar de los animales, si no de las personas.

En Inia Remehue, el cambio tecnológico les permitió mejorar la productividad de las vacas en un 5 a 8%; reducir en forma significativa los problemas de cojeras y mastitis (que es de 1 a 1,5% al año); el recuento de células somáticas está entre 80 y 100 mil; mejor condición de las vacas; más relajadas, no hay apiñamientos. “La vaca viene cuando quiere ordeñarse y solo se van regulando dentro de su grupo social, por lo tanto, no hay estrés de las vacas ni del personal que trabaja ahí.

Lo que sí, independiente que sea la robótica o cualquier otra tecnología en ganadería de precisión, necesitamos preparar gente para que utilice bien estas herramientas para que les saque el real provecho y tome decisiones a partir de información real en tiempo real de lo que está ocurriendo. Ese es el desafío que se nos viene”.

Es un tema de bienestar animal. La lechería robótica u de ordeño voluntario mejora los callejones, dice el investigador, “reduce los problemas de estrés, cumple con una de las 5 Libertades del Bienestar Animal, que es la alimentación.

Para que funcione la ordeña voluntaria, las vacas tienen que tener comida, para que se mueva este sistema. Si no tengo comida en la cantidad suficiente, la lechería no va a funcionar. Por lo tanto, en forma indirecta, se está cumpliendo con uno de los pilares fundamentales, que es agua y comida. Un punto que es interesante es que la vaca se acostumbra a un ritmo, a comer su concentrado tranquila durante el proceso de ordeña.

Eso, versus el sistema tradicional, tiene un impacto porque normalmente en un sistema tradicional todas las vacas están juntas y la que terminó primero le empieza a comer a la del lado. La vaca de por sí está estresada para comer, para entrar al pozo y porque a veces las personas que las manipulan no tienen las conductas más adecuadas. Aquí en la ordeña robótica, el estrés no existe, comen lo que tienen que comer en el tiempo que necesitan. Este sistema cumple con los estándares que está pidiendo la condición de bienestar animal”.

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