Tras el brindis de Año Nuevo, la cadena de la lechería recibió una noticia para volver a chocar las copas: el precio internacional de la leche en polvo, principal producto de exportación del sector, siguió la escalada ascendente de los últimos meses de 2023.
Tras haber tocado un piso de U$S 2.500 en agosto pasado, el valor más bajo en cinco años, las subastas quincenales de la multinacional Fonterra siguientes han ido en su mayoría en ascenso, hasta que este martes el primer remate del año acabó con un valor de U$S 3.290, según el resumen elaborado por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA).
Aunque no se trata de uno de los valores más altos de los últimos años –a mediados de 2022 llegó a cotizar cerca de los U$S 5.000–, constituye una buena señal para un sector que atraviesa otra vez una crisis productiva: un crecimiento de los precios ayuda a que la industria receptora de la materia prima tenga más capacidad de pago.
Se trata, entre otras cosas, del mejor valor desde mediados de 2023.
LAS EXPORTACIONES, LA ESPERANZA DE LA LECHERÍA
Por ese motivo, la esperanza del sector es que, con el nuevo Gobierno y una política de mayor apertura en el comercio, las exportaciones traccionen una recuperación de la cadena en su conjunto, en un contexto en que los tambos hace varios meses que no logran siquiera cubrir sus costos productivos.
Según OCLA, “la cadena esperaba una recuperación de los precios internacionales, que por suerte se viene dando lentamente en los últimos dos meses, y pedía al gobierno que se mejoren las condiciones de exportación, es decir, eliminar los derechos de exportación y mejorar el valor del tipo de cambio”.
Al respecto de este último, el actual dólar exportador luego de la devaluación del tipo de cambio oficial, más la decisión del Gobierno de mantener a la leche dentro de los productos exentos de tributar retenciones, son factores que “vienen a completar un panorama muy favorable para las exportaciones y generan expectativas en función al mejor poder de compra de la leche para la exportación”, mencionó el Observatorio en otro informe reciente.
Actualmente, la exportación se lleva alrededor del 20% de la producción total de leche de Argentina y se espera que este porcentaje, de la mano de la suba de los precios y de las políticas favorables, pueda alcanzar el 30%.
Es sin duda un paliativo para compensar los malos números del 70% que se destina al mercado interno “con un poder adquisitivo totalmente deteriorado por el proceso inflacionario (sobre todo de la clase media, principal demandante de lácteos de mayor valor agregado)”, completó OCLA.