A principios de 2024, los precios internacionales y nacionales de la leche mostraron una tendencia al alza, lo que indica una posible recuperación en los próximos meses.
La producción mundial de leche ha fluctuado en los últimos años, según el Milk Intelligence Centre. En 2021 se produjo un aumento del 1,8%, seguido de un incremento del 1,1% en 2022 y una estimación del 1,3% para 2023. Esta última cifra está impulsada por la región asiática, ya que no hubo crecimiento en las regiones exportadoras.
En el escenario de 2022, se produjo un aumento general de los costes de producción en todo el mundo, con incrementos notables del 20% para los piensos concentrados, del 51% para los fertilizantes y del 107% para la energía. La pandemia del Covid-19 y los conflictos regionales han contribuido a crear un entorno de incertidumbre e inflación. La demanda mundial de productos lácteos creció sólo un 0,8%, en consonancia con el crecimiento demográfico.
El año 2023 fue testigo de una demanda mundial de productos lácteos todavía débil, con la reducción de las importaciones chinas y la caída de los precios de los productos lácteos. Aunque se produjo una ligera recuperación de los precios hacia finales de año, aún se mantuvieron por debajo de los 0,40 dólares/kg de leche, según indica el IFCN.
Regiones tradicionalmente importantes en la producción y exportación de leche, como la Unión Europea, Europa del Este, Sudamérica y Oceanía, mostraron un estancamiento o una reducción de la producción.
La oferta de leche ha crecido en regiones emergentes con una producción más informal, como África y Asia. Asia, en particular, representa un tercio de la producción mundial de leche, con un crecimiento medio del 4,3% anual desde 2010.
En Brasil, la producción de leche ha fluctuado en torno a los 34 millones de toneladas/año desde 2013, enfrentándose a retos de estancamiento y competitividad frente a los productos importados.
A principios de 2024, los precios internacionales y nacionales de la leche mostraron una tendencia al alza, lo que indica una posible recuperación en los próximos meses. Sin embargo, es necesario vigilar de cerca los costes de producción, especialmente ante las incertidumbres climáticas que afectan a los cultivos de cereales y a la producción de ensilado. (Fuente: eDairynews).