Las vacas lecheras son más propensas a mastitis y metritis durante el verano debido al crecimiento bacteriano en tejidos y en ambientes semicerrados.
El control del estrés calórico debería formar parte del plan sanitario general, (sombras, agua disponible y segura, arreos en horas no calóricas, dietas frias, etc.) el ganado lechero sufre temperaturas sobre los 25 ˚C combinadas con alta humedad ambiental, baja ventilación de aire y alta radiación solar directa que provocan estrés térmico.
El estrés calórico se produce cuando el incremento en la temperatura ambiental hace que el animal pierda el equilibro biológico entre la generación del calor metabólico y su disipación al ambiente o termorregulación. Producto de la combinación entre altas temperaturas, humedad ambiental y radiación solar directa, el animal empieza a acumular calor desde el ambiente y la temperatura corporal aumenta afectando negativamente la salud y productividad.
La principal medida para evaluar el estrés por calor es mediante la determinación del Índice de Temperatura y Humedad (ITH); que combina la temperatura ambiental y la humedad relativa (HR) del aire y es asociado a cambios en la frecuencia respiratoria, temperatura corporal y nivel de producción. El estrés por calor se evidencia en el ganado lechero sobre ITH 68 y se vuelve peligroso o incuso mortal a ITH > 80. Aumentos súbitos de temperatura ambiental que no dan tiempo al ganado para adaptarse, mañana tibias seguidas por elevación súbita de temperatura a medio día, pueden ser potencialmente letales generando deshidratación aguda en los animales jóvenes y más débiles.
Asignar recursos para adecuar instalaciones destinadas a minimizar efectos del estrés calórico es una buena recomendación para maximizar la producción de leche. El estrés por calor también produce efectos negativos durante la preñez; como resultado de la reducción del flujo sanguíneo al útero, se observa una reducción del volumen placentario, reducción del tejido fetal, partos tempranos, terneros débiles con bajo peso al nacimiento o muertos y baja calidad del calostro. Por lo tanto, el manejo de estrés por calor debe ser enfocado tanto a las vacas lecheras de alta producción como a las vacas secas.
• Las vacas prefieren estar de pie para reducir la superficie corporal expuesta al sol o se agrupan bajo la sombra o cerca de fuentes de agua cuando la sombra no está fácilmente accesible. Se debe adecuar los horarios de arreos al tambo o maniobras que expongan animales a extremos de sol y calor (Evitar 11.00 a 16 hs).
• Respiración rápida y superficial, jadeo con el hocico abierto y salivación a altas temperaturas. En vacas lecheras, frecuencias respiratorias mayores a 50 rpm son signos de estrés y sobre 100 rpm son indicativas de medidas de enfriamiento urgentes.
• Escala de jadeo > 1 es indicativo de estrés y puntaje de 4.5 indica riesgo de muerte. Cuando se calcula el promedio de jadeo de 20 animales, puntajes entre 0.8 y 1.2 son indicativos de estrés térmico elevado, mientras que valores> 1.2 son indicativos de estrés térmico extremo y requieren medidas de monitoreo y enfriamiento en el rebaño.
• Aumento de sudoración y salivación. Una vaca lechera de alta producción consume más de 100 litros de agua por día.
• Rumiantes expuestos a estrés por calor son más propensos a laminitis, acidosis y timpanismo debido a la reducción del bicarbonato sanguíneo producto del aumento de la frecuencia respiratoria y excesiva salivación.
• Proveer sombra y protección de la radiación solar directa en las áreas de alimentación/pastoreo, patios de espera y zona de playa de alimentación. Los árboles son excelentes medios de protección debido a que aumentan el enfriamiento por medio de la evaporación de agua desde las hojas, debe cuidarse el exceso de orina y estiércol alrededor dado el agrupamiento de animales, un cerco perimetral puede ayudar.
Provisión de sombras móviles o permanentes mediante mallas que bloqueen la radiación solar por sobre 80 %. Debe existir suficiente espacio para que cada vaca pueda usar la sombra durante el periodo de máxima radiación. Siempre diseñar para promover la aireación. Se recomienda 4.2 metros cuadrados de sombra por vaca para mejorar la eficiencia de conversión alimenticia. La medición de la sombra debe realizarse a medio día cuando el sol se encuentra en su punto más alto y la radiación solar es extrema.
Además de disminuir la producción un 20% por menos consumo de alimento, también disminuye la concentración de proteína y grasa de la leche.
• Agua limpia y fresca (segura) debe estar siempre disponible bajo sombra o en zonas protegidas de la radiación solar. El agua debe estar cercana al lugar donde se encuentra el ganado con suficiente espacio para que todos los animales tengan acceso. El ganado evitara caminar durante las horas de más calor para buscar agua, por lo tanto, el número de fuentes de agua debe aumentar si la distancia a recorrer es mayor de 500 m, es recomendado que las fuentes de agua ubicadas a menos de 200 m de la zona de sombra.
• El uso eficiente de ventiladores y aspersores de agua en los patios de espera, área de comenderos y túneles de enfriado, ayudan a aliviar el estrés por calor. Trabajos realizados en Australia han demostrado que 30 minutos de aspersión de agua y ventilación aumentan la producción diaria de leche en hasta 1 L, mientras que 60 minutos de enfriamiento aumentan la producción diaria de leche en 1.5 L en temporada calurosa. El aspersor debe entregar gotas grandes que mojen completamente la piel de la vaca, pero este sistema no debe ser utilizado en la sala de ordena ni en las zonas de descanso.
Por Claudio Glauber, M.V.Esp. Profesor Lechería UCES. Facultad Veterinaria