Hace un par de años vimos, en varios medios de comunicación, una noticia de apertura de investigación formal y posibles multas proferidas por parte de la SIC a cuatro industrias procesadoras de leche, por temas de adulteración de la leche con lactosueros. En el muestreo realizado por el INVIMA se encontró glicomacropéptido de caseína entre 126 y 168 microgramos por mililitro de leche, cuando las investigaciones de esa misma entidad presentan un valor de 30 mcgr/ml para muestras de leche de referencia.
Esta situación irregular, presente en el mercado lácteo y denunciada por nosotros desde hace años, se relaciona con el pleito jurídico que dimos los ganaderos hace varios años sobre publicidad engañosa que algunas empresas productoras de bebidas lácteas (bebidas a base de lactosuero) hacen, induciendo a un consumidor desprevenido a adquirir, sin leer la letra menuda, una bebida láctea empacada y exhibida de manera similar a la leche, creyendo que estaba comprando leche con todo su valor nutricional.
Ahora, nuevamente salta a la palestra pública el tema gracias al anuncio, con bombos y platillos, de que este gobierno por fin había puesto freno a esta situación.
La verdad es que la tarea de aclarar y normar técnicamente esta situación la venimos realizando desde hace años liderados por el INVIMA, acompañado por el Consejo Nacional Lácteo, donde, desde FEDEGAN, hacemos la vocería de los ganaderos del país.
Para hacer claridad, desde hace décadas está prohibida la adición de lactosuero a la leche para ser vendida como leche en cualquiera de sus presentaciones. Lo que hoy finalmente existe es un decreto soportado técnicamente en las investigaciones de varios años y en las discusiones que hemos tenido al interior de la cadena, y que define los niveles de glicomacropéptido de caseína naturales en la leche y el límite donde se mostraría una adulteración de la leche con lactosuero.
Dicho esto, quiero aclarar que el lactosuero es un alimento apto para ser consumido por el ser humano y que es el subproducto obtenido en la fabricación de quesos. Se usa fundamentalmente en la industria de alimentos, en galletería y en la preparación de derivados lácteos. De allí que se importe al país lactosuero en polvo amparado en los tratados de libre comercio con que cuenta el país.
No hay que satanizar ni al lactosuero ni a toda la industria láctea
El lactosuero no es un veneno, así como muchos industriales jamás han adulterado sus buenos productos. Si bien es cierto que quizá algunos centros de acopio y medianos y grandes procesadores —más de los que uno esperaría o quisiera han utilizado este producto de manera non santa—, no podemos ni debemos generalizar este juicio, pues en últimas nos afectaría a todos una mala imagen de la leche ante los consumidores colombianos.
Pero si hay que normatizar, controlar y sancionar cuando sea necesario. Lo primero ya se inició con el decreto 2070 del 28 de diciembre de 2023 expedido por el Ministerio de Salud y Protección Social, por lo que el INVIMA y el Ministerio de Salud se merecen nuestro reconocimiento.
Lo segundo, aquello del control, es una tarea que deberán hacer las autoridades competentes como el INVIMA en articulación quizá con las secretarías de salud departamentales y municipales, la SIC y los ministerios de salud y de agricultura.
Crear un sistema nacional de trazabilidad de leche en polvo y lactosuero
Adicionalmente en este control sería de gran ayuda acoger la propuesta que este servidor viene haciendo desde hace cerca de una década para implementar un “sistema nacional de trazabilidad de leche en polvo y lactosuero”, con el que se podría hacer seguimiento para el correcto uso del lactosuero nacional y principalmente del importado; que son en mucho, superiores en los volúmenes requeridos por el país para sus usos establecidos.
Y las sanciones vendrán para bien del consumidor y de la cadena láctea en general.
Qué efecto tiene el controlar el uso de lactosueros
Cierro con la siguiente reflexión. Al controlar el uso de lactosueros como adulteración de la leche, tendríamos la necesidad de unos volúmenes adicionales de leche producida por nuestros campesinos y pequeños ganaderos y/o un mejor precio de compra para estos por la ley de la oferta y la demanda.
Feliz 2024 para todos los ganaderos del país.