Entre enero y noviembre del año pasado se importaron 67.576 toneladas de productos lácteos por un valor CIF de USD 221,1 millones, según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), recopiladas por la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán-FNG
Esto significa una leve disminución en volumen de 2,4 % respecto a igual lapso de 2022, cuando las compras externas del sector alcanzaron 69.231 toneladas. Por su parte, el costo se redujo 16 %, pues en la misma fecha de ese año se destinaron USD 263,1 millones en los primeros 11 meses.
Solo en noviembre se adquirieron 5.236 t por un valor CIF de USD 14,8 millones (cifras inferiores al promedio mensual de 2023); en lo corrido del trimestre, 9.628 t por USD 28,2 millones.
No obstante, al comparar estos datos con los de años anteriores, solo el volumen es inferior respecto al dato de enero-noviembre de 2020. En cambio, el costo es mayor, y de hecho supera en ingresos y en volumen a los años previos con preocupantes márgenes.
Por ejemplo, duplica las inversiones en importaciones de todo el año 2017 y 2018, que fue de USD 109,3 y USD 107,5 millones, respectivamente. Esto a pesar de que el volumen no fue el doble: 43.817 t para todo 2017 y 45.256 t para todo 2018. El 2023 superó ambos números en julio.
De resto, el volumen es 9,6 % superior al de todo 2019 y 11,3 % mayor que el de todo 2021, en tanto que el costo 41 % y 21,3 % más alto, en el orden dado. Como mencionamos, el volumen de 2020 (73.663) será más alto cuando lleguen los datos de diciembre, pero el 2023 sobrepasó el costo de estas importaciones en octubre (que fueron USD 203,5 millones).
Como hemos mencionado en anteriores entregas, la diferencia se debe al precio promedio de la tonelada en cada año. Mientras que en 2017 y 2018 estuvo en promedio en 2.450 dólares, en 2022 llegó a los 3.811. En 2023 bajó pero hasta antes de acabar noviembre fue de 3.272 dólares.
Los lácteos importados hasta noviembre de 2023
El principal producto importado en los once meses de 2023, en términos de volumen, fue la leche en polvo descremada con 28.226 toneladas. Le siguen la leche en polvo entera con 18.861 toneladas y el tercero es el queso fresco con 2.499 toneladas.
En cuanto al valor CIF, para la compra del producto estrella en el periodo analizado, la leche en polvo descremada, se destinaron USD 90,3 millones, representando el 40,8 % del total importado. Para la leche en polvo en polvo entera con USD 74,7 millones y 33,8 % de participación. Para el queso fresco fueron USD 16,9 millones y 7,7 %.
Los demás productos en la lista son lactosueros con 13.380 t por USD 13,9 millones (6,3 %), los demás quesos con 2.277 t por USD 11,7 millones (5,3 %), queso rallado o en polvo con 1.105 t por USD 7,1 millones (3,2 %) y queso fundido con 675 t por casi USD 3,8 millones (1,7 %).
Los volúmenes de las demás leches con adición de azúcar, yogur, queso de pasta azul, leche condensada, mantequilla, las demás leches y natas, entre otros, completaron 555 t y USD 2,6 millones (1,2 %).
Países de origen de las importaciones de lácteos
Al revisar el origen de estos productos lácteos, Estados Unidos aparece como el principal proveedor de Colombia con 39.817 toneladas, en su gran mayoría de leche en polvo descremada (25.152 t). Para el país del norte se han destinado USD 125,1 millones (56,6 % de participación).
En un lejano segundo lugar está Bolivia con 6.616 t de leche en polvo entera por USD 26,3 millones (11,9 %). Luego está Chile con 4.491 toneladas por USD 14,5 millones (6,5 %), Polonia con USD 2,6 millones por 9,5 millones (4,3 %) e Irlanda con 2.424 t por USD 9,1 millones (4,1 %). En todos el producto más comprado es leche en polvo entera y en segundo o tercer lugar, la descremada.
Otros importantes países de donde provienen los lácteos son Uruguay, España, Argentina, República Checa, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Dinamarca, Bélgica, Suiza, Portugal, Brasil, México e incluso China. Estos suman 11.593 t por USD 36,5 millones.
Expertos del sector lácteo indican que la producción nacional no ha logrado satisfacer la creciente demanda interna, lo que obliga a Colombia a recurrir a las importaciones. En 2023 se presentaron altos costos de producción, especialmente en alimentos para el ganado, y prolongados periodos de sequía que han afectado los cultivos.
Fedegán ha advertido sobre el impacto de las crecientes importaciones en la industria nacional y el campo colombiano. El gremio insiste en la importancia de proteger la producción local a través de mecanismos como precios de referencia y salvaguardias cuando sea necesario.
Mientras se avanza en soluciones de mediano plazo, es probable que las compras externas de lácteos continúen en aumento para abastecer la demanda del mercado interno. El reto estará en lograr un punto de equilibrio que beneficie tanto a consumidores como a productores nacionales.