Pero la caída en la producción es tan marcada que el incremento en el precio no compensa la menor oferta de leche. Por eso los números siguen siendo más que malos para la mayor parte de los tambos afectado por el clima caluroso y seco del verano que redujo la productividad de las vacas.
En febrero se produjeron 686 millones de litros de leche, 18% menos que en enero y 15% menos que en febrero del año pasado. Eso impulsó lo precios, pero no lo suficiente para compensar la menor oferta del producto.
Desde el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) dijeron que: “la mejora en el precio en pesos medido en moneda constante no logra compensar la fuerte caída de la producción y la caída del precio en dólares debido al proceso devaluatorio exacerba la caída de la facturación”.
Según sus cálculos el precio en términos reales y en pesos aumentó 2,2%, eso significa que aunque por poco se le ganó a la inflación en la medición del valor del litro obtenido.
Pero la producción en el verano se derrumbó como un piano y con ella el ingreso de los tambos. Los datos del OCLA indican que la facturación cayó 10% en pesos constantes y 25% respecto de la que tuvieron un años atrás medida en dólares. y cabe señalar que por suerte para los productores el precio en dólares ronda los 35 centavos, algo largamente deseado y a lo que se llegó por una crisis y no por contar con buenas ventas en el mercado interno y la exportación.
En efecto, el proceso de estancamiento del dólar que corre a una velocidad menor a la inflación afecta la competitividad exportadora que de todos modos mejoró y mucho respecto de la que hubo en los últimos años.
También hay serias dificultades en la venta al mercado interno que complica el ingreso a la cadena lechera.
“Los precios minoristas de los productos lácteos tuvieron una variación interanual promedio del 305%, cuando la inflación minorista fue de 276%, lo que indica que los precios de los lácteos subieron interanualmente por encima de la inflación general” dijo otro informe del OCLA mientras que los mayoristas, es decir lo que se pagan a salida de fábrica aumentaron 250%, “lo que evidencia un incremento en el mark up (remarcación)” del supermercadismo y el comercio minorista.