En primera instancia, desde CREA indicaron que en el arranque del Gobierno de Javier Milei los productores del sector enrolados en el consorcio mostraron “confianza” respecto de los cambios que guardan relación con la producción.
Se trata del “Índice de Confianza del Empresario Agropecuario CREA (ICEA CREA)”, que indicaron: “volvió a registrar una suba y alcanzó sus niveles más altos desde 2019”.
“Las condiciones presentes tuvieron su segunda alza consecutiva, quizás debido a la comparativa versus la fuerte sequía de 2023. Sin embargo, dadas las condiciones productivas y una macroeconómica en proceso de corrección, dicho subíndice continúa en valores bajos y en un camino de recuperación”, precisaron.
Sostuvieron que “las condiciones futuras registran una mayor velocidad de mejoría a partir de un posible cambio de administración y la expectativa de reglas más claras”.
Dicha impresión general con respecto al rumbo de la economía, sin embargo, no se traduce necesariamente en inversiones. “Si bien en marzo de 2024 mejora el ICEA, se acentúa la percepción negativa sobre el momento para realizar inversiones (+10 p.p. vs nov-23)”, reflejaron.
“Los resultados productivos de la campaña anterior, las desfavorables relaciones de precio (especialmente en granos), y las condiciones crediticias, son algunos de los factores que podrían incidir en la toma de decisión del empresario agropecuario”, expusieron.
Y revelaron que en relación con los precios, “los empresarios de producciones animales son más optimistas que los empresarios agrícolas”.
LA ECONOMÍA DEL CAMPO
Pero en líneas generales destacaron algunos hitos principales en el rumbo económico llevado adelante: “Algunas variables evolucionaron mejor a lo esperado: el riesgo país se redujo un 37%. La corrección del tipo de cambio favoreció una rápida acumulación de reservas (+ USD 7.748 millones) y la baja de la tasa de interés, en un contexto de alta inflación, permitió disminuir el peso de los pasivos remunerados y la base monetaria”.
“Además, comenzó el saneamiento del BCRA; y la inflación, luego del pico inicial, se desaceleró más rápido de lo proyectado por el mercado”.
Por el lado negativo, “el deterioro del poder de compra del salario en los últimos años repercute en un menor consumo local de los productos agroindustriales”, indicaron desde CREA. Por eso, en ese sentido, remarcaron que “los salarios registrados han perdido poder de compra medidos en valor litro equivalente y en kilogramos de carne promedio”.
Por eso indicaron que “el menor gasto público, la alta inflación, la disminución de importaciones y el deterioro del poder de compra de los salarios y jubilaciones terminaron afectando al consumo y al nivel de actividad económica”.
En CREA consideran que, a nivel general, la actividad retrocedió 4% desde noviembre de 2023 a enero de 2024, principalmente impulsadas por la caída en construcción (-17% i.a.), industria (-11% i.a.) y comercio (-8% i.a.).
“En el principio del año, el sector que más se recuperó fue el agro (+11% i.a.), producto de las mejores condiciones climáticas”, graficaron.
DÓLAR: UNA “ENCRUCIJADA” DEL GOBIERNO
A la vez destacaron como un momento crucial el que atraviesa el Gobierno en materia cambiaria, ya que “se encuentra en una encrucijada respecto a la cotización oficial del dólar”.
“La decisión de sostener el ritmo de devaluación al 2% mensual mientras la inflación avanza a un ritmo mayor, erosiona rápidamente la competitividad del tipo de cambio. Así, si bien los niveles de tipo de cambio actuales están en torno a los históricos, la tendencia parece difícil de sostener dado el progresivo retraso y la falta de financiamiento”, ahondaron.
Para los analistas el inconveniente radica en las consecuencias que podría tener una salida del cepo cambiario o una aceleración del ritmo de devaluación sobre la inflación.
“En suma, el Gobierno puede mostrar algunos éxitos en su tarea de estabilizar la economía, pero hacia adelante, uno de los riesgos principales es que el progresivo retraso del tipo de cambio oficial haga reaparecer las expectativas de devaluación. En ese sentido, la desinflación no es lo suficientemente rápida para que la actual evolución sea sostenible sin financiamiento externo”, sumaron.
LA RECUPERACIÓN CLIMÁTICA
Entre los puntos más destacados del relevamiento figura también el “el crecimiento de la vegetación en la mayor parte del país (superficie en verde), presentando tasas de crecimiento superiores al promedio histórico (2001-2023)”.
“Sin embargo, hubo zonas en donde persistieron las anomalías negativas de crecimiento de la vegetación (superficie en rojo), como NOA, norte de Chaco y Formosa, algunas zonas de Buenos Aires (principalmente el oeste y sudoeste), y este de La Pampa”, comentaron.
En soja, por ejemplo, en línea con algunas anomalías negativas de índices verde (NDVI), para soja de 1ra y soja de 2da, en las regiones CREA se esperan “algunas mermas en los rindes vs lo planificado a inicio de campaña”.
En ganadería de carnes y lechería el repunte tuvo un gran impacto en lo relacionado a lo forrajero: “la mejora de la disponibilidad en alrededor del 60% de los Grupos CREA permitió que un 35% de empresas CREA reduzcan la suplementación con respecto al año pasado”.
“Asimismo, favorece a las recrías pastoriles con mayor duración (28% de las empresas) y mayor peso de salida (32% de las empresas)”, sumaron.
En lechería la mejora de la disponibilidad forrajera en varias zonas (entre 65% y 75% de los Grupos CREA) modificó las dietas ofrecidas y aumentó el uso de forraje fresco y conservado, en detrimento del uso de concentrados.