El consultor jefe del área Grazing Plan, de Best-fed, empresa chilena de consultoría en producción de leche y ganadería, Carlos Henríquez, comentó las condiciones de siembra para contar con resultados en praderas destinadas a alimentación de ganado, haciendo ver que durante el otoño se dieron buenas condiciones para el crecimiento del forraje y resaltando la gestión para saber cuándo se utilizan y así asegurar el alimento.
El ingeniero en ejecución de agronomía destacó que “ha sido un verano normal. Si comparamos esta temporada 2023-2024 con la anterior, la llegada del otoño fue más tardía”.
“El arranque de las praderas de secano fue un poco más tardío en comparación a la temporada anterior, pero está dentro un rango normal”, observó Henríquez, quien contó que “las condiciones que se dieron en otoño para el crecimiento de las plantas fue muy favorable, con temperaturas altas”.
Dicho panorama, añadió, “permitió un muy buen crecimiento de las praderas. En algunos casos, con buenos manejos de pastoreo y de pradera, sobró un poco de comida”.
“Desde la semana pasada en adelante, históricamente, empieza a disminuir muy rápido la temperatura de suelo, lo que afecta el crecimiento de los cultivos en general”, observó el consultor, quien recalcó que “cada día desde estas fechas en adelante va a ir creciendo un poco menos este recurso principal, que en nuestro caso, queremos que sea la pradera”.
Sobre la situación por la que pasan granos como el trigo y el maíz y su efecto en la planificación para alimentación animal, Carlos Henríquez mencionó que “en general el alza de los granos y el bajo stock de todos los forrajes importados afecta. Con la pradera se puede llegar hasta cierta parte y luego se tiene que empezar a suplementar”. “Se importa mucho alimento, y claramente si el mercado tiene un sobre-precio y cuenta con un stock limitado, va a ir afectando a cada productor”, reconoció el consultor del área.
ALIMENTACIÓN DE INVIERNO
El experto en empastadas recomendó, para esta temporada, “tener una buena cantidad de pradera para obtener una mayor proporción dentro de la ración total en invierno, en base a pradera”.
La idea, según Henríquez, “es comer un poco menos de pradera en otoño, moviendo ese volumen hacia el invierno para cuidar más, bajo las condiciones más frías o más lluviosas del invierno, que puedan venir. Así, todo lo que se logre en invierno tendrá un impacto en la primavera temprana”.
“Todos los manejos de pastoreo, de carga animal, van a afectar el comienzo de la primavera, que es donde la gente que es pastoril apuesta por esta época”, explicó Carlos Henríquez.