Esto contrasta con la forma cómo la industria ha consumido estos contingentes en los últimos 4 años. Por ejemplo, en 2020 el cupo de 11.790 t se agotó en solo 2 semanas, en 2021 el cupo de 12.969 t se acabó en 3 semanas.
En 2022 el cupo de 14.266 t tardó 5 meses en consumirse, al igual que el de 2023 que fue de 15.692 t. Sin embargo, en cada caso, entre el 80 y el 90 % los contingentes se había consumido los primeros 3 meses de cada año.
Ahora bien, ya han transcurrido 4 meses de 2024 y el contingente se ha consumido a la mitad. Como lo han señalado expertos, el país tiene altos inventarios de leche en polvo, por lo cual el ritmo de importaciones ha sido menor frente a años anteriores.
Con corte al 30 de abril.
Así va el contingente arancelario de leche en polvo de la Unión Europea
Por otro lado, el contingente arancelario con la Unión Europea, bajo el acuerdo 126 muestra el siguiente consumo: del cupo inicial de 8.400 t, solo se ha utilizado el 16,29 % correspondiente a 1.368,3 t, dejando una disponibilidad del 83,71 % (7.031,7 t).
Cabe recordar que contingentes arancelarios permiten la importación de cantidades específicas de productos con aranceles preferenciales o reducidos, fomentando así el comercio entre los países involucrados.
Si bien, este cupo demora más en agotarse porque el costo de comprar una tonelada de leche en polvo procedente de alguno de los países de la UE es mucho más alto por cuenta del transporte, en 2023 varios países del Viejo Continente ocuparon los primeros lugares dentro de la lista de los países de los que más se importaron lácteos.
Por ejemplo, Polonia e Irlanda ocuparon el 4º y 5º puesto respectivamente, en tanto que España, República Checa y Francia estuvieron en los puestos 8, 9 y 10 cada uno.
Con corte al 30 de abril.