Azpeleta Hierro es una veterana explotación española de vacuno de leche de raza Frisona, ubicada en el corazón de la provincia de Palencia, que se ha convertido en un referente del sector, debido a su alta calidad genética y su elevada producción lechera. Granja familiar de tercera generación de ganaderos, las terneras criadas en la propia explotación son codiciadas en el mercado de la genética de vida de la raza Frisona
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"Se cuenta con dos naves de ordeño, en la que están las vacas productoras. También se cuenta con una zona de preparto, en las que están las hembras desde unos diez antes del momento de la parición"
La granja palentina Azpeleta Hierro es un claro ejemplo de una explotación de vacuno de leche de Castilla y León, con amplia base territorial que le permite no sólo realizar la cría de las terneras nacidas en la granja, sino tener una amplia explotación agrícola que sirve para suministrar la alimentación a la granja. También es una empresa de servicios que trabaja con terceros. Se tienen cosechadoras, empacadoras, servicio de herbicidas… para ofrecer a otras explotaciones. En la granja de vacuno lechero trabajan cinco personas, pero en total hay una decena de trabajadores.
Javier Azpeleta, en el exterior de la granja SC Azpeleta Hierro
Javier Azpeleta, en el exterior de la granja SC Azpeleta Hierro.

Instalaciones

Se cuenta con dos naves de ordeño, en la que están las vacas productoras. También se cuenta con una zona de preparto, en las que están las hembras desde unos diez antes del momento de la parición.

Se cuenta con cuatro robots de ordeño, con el objetivo de que únicamente haya unas 45 vacas por cada uno de los robots debido a la alta producción de estos animales. “Nuestra experiencia con robots desde el año 2007 nos indica que te da un tratamiento individual de los datos de cada animal, ya que marca cualquier bajada importante de la producción y da otra serie de datos que son importantes: problemas únicamente en un pezón, vacas que no quieren ir al robot… Todo ello te permite hacer las estadísticas completas de la granja y programar correctamente las inseminaciones de la granja”, comenta Javier Azpeleta.

Además, esta explotación palentina trabaja en un proyecto por el que se han instalado en la granja unos medidores de gases que están relacionados con las emisiones entéricas, es decir, son gases que producen las vacas en el proceso de digestión. Entre ellos, como principal gas, está el metano.

Al final, todas esas emisiones entéricas de gases se traducen a un dato, que es el ‘equivalente CO2’. Este dato se usa para ver la huella de carbono del producto que se elabora, en este caso la leche, y se analiza cruzándolo con el dato de producción. Se ha comprobado que, al ser las vacas muy productivas, son muy eficientes transformando la materia seca de la ración en litros de leche, por lo que el equivalente CO2 por litro de leche está, en el caso de esta granja palentina, en 0,56. Se considera un buen dato por las informaciones que se tienen de otros países.

Vacas de aptitud lechera en la explotación palentina
Vacas de aptitud lechera en la explotación palentina.

Alimentación

La granja es una explotación familiar, dimensionada más a nivel agrícola que ganadero. En el terreno agrícola, se produce más materia prima de la que son capaces de consumir sus animales en la explotación. Por lo tanto, se trata también de una explotación vendedora de materias primas. Prácticamente el 90% de la alimentación de los animales es de producción propia, salvo la soja para aportar proteína, que se tiene que comprar fuera.

La alimentación es disociada. Una parte se ofrece con carro mezclador unifeed a los animales, arrimando la comida durante unas ocho veces al día, para que los animales tengan comida de forma habitual. El resto se ofrece en los comederos del robot, por lo que se da a cada animal en función de su producción. Se realizan diferentes raciones: vacas en producción, preparto, secas, novillas adultas y novillas jóvenes.

Por su parte, las terneras se alimentan a través de leche pasterizada obtenida de las vacas de la propia explotación. “Apostamos por una lactancia larga de las terneras para aprovechar el mayor potencial de crecimiento de los animales en los primeros meses”, comenta el ganadero. Hasta los dos meses, se da el máximo porcentaje de leche y a continuación se va aportando algo de cereales, pero se continúa con la leche.

Ternera en un cubículo de cría
Ternera en un cubículo de cría.

Reproducción y genética

Esta granja palentina destaca por sus altos niveles de producción de leche, aspecto en el que se comenzó a trabajar una vez que se consolidó el censo de animales de la explotación. En la actualidad, ya se trabaja en otros aspectos, como explica Javier Azpeleta: “Ahora ya comenzamos a trabajar en la genética con la morfología. Tenemos prácticamente el 80% de la granja genotipada. Además, inseminamos con semen sexado el 50% de las mejores vacas de la granja, mientras que el resto se insemina con cruce industrial. La ventaja que hemos observado con esta estrategia es que las novillas tienen mucha más calidad, se producen menos descartes por baja producción. Trabajamos con un programa de acoplamientos y se ha notado mucha más producción y mejores índices genéticos”.

Los índices de fertilidad de la explotación están entre el 45% y el 50%. Se sincronizan todos los animales de la granja y se intenta no hacer inseminaciones tempranas para conseguir que las vacas se recuperen totalmente después de los partos anteriores. “Si se insemina muy pronto, los animales no recuperan una adecuada condición corporal. Es un tema que llevamos muy a rajatabla en la granja, aunque a veces no se tiene en cuenta, porque se trata de un aspecto a largo plazo en el que se ven los resultados después de varios años”, explica el ganadero.

Vista general de una de las naves de producción
Vista general de una de las naves de producción.

Sanidad

Respecto al estado sanitario de los animales, se cuenta con las certificaciones más altas en el caso de la brucelosis y la tuberculosis.

Además, se intenta combatir el problema de la dermatitis con baños de pezuñas semanales y un trabajo en podología con dos recortes de pezuñas anuales, ya que se trata de uno de los problemas más importantes que tienen las explotaciones de vacuno de leche.

Futuro

Se ha llegado al máximo de vacas en producción según las dimensiones de las naves y, sobre todo, al número de robots con los que se cuenta en la actualidad. Por lo tanto, en los planes a corto plazo no está el hecho de crecer en el censo de animales, lo que explica que la granja se haya convertido en un referente en la venta de novillas de alta genética.

“Uno de los problemas más grandes que tienen las explotaciones ganaderas en Castilla y León es que se valora más la agricultura que la ganadería. En nuestro caso, somos tres hermanos. Llega una segunda generación que seguramente se incorporará, pero probablemente a la agricultura. Además, no compensa el gran esfuerzo que se realiza en la ganadería. Hay zonas de Europa en las que se valora más la ganadería, pero en España no existe ese reconocimiento social. Por otro lado, tenemos el problema de la mano de obra. No podemos ser ganaderos como queremos, sino que nos obligan a unos pasos burocráticos eternos y tenemos unas prohibiciones que afectan a nuestra producción de una forma desmedida”, sentencia Javier Azpeleta.

Zona de novillas
Zona de novillas.

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