A pesar de celebrar este año su 80º aniversario, la Asociación Criadores Holando Argentino (ACHA) no logró organizar la asistencia para el evento, que tendrá lugar del 18 al 28 de julio. La ausencia, que marca el tercer año consecutivo sin su participación en las juras, se debe a múltiples factores económicos que han hecho insostenible su presencia.
La falta del tradicional blanco y negro de las vacas Holando en la exposición es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la industria y la importancia de apoyar a los productores locales para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Durante la década de 1970, la exposición llegó a contar con la participación de 500 animales. Sin embargo, la última gran presencia se registró en 2019 con 72 animales de seis cabañas. La economía actual exige la inscripción de al menos 30 ejemplares para competir por el gran campeón, un costo prohibitivo hoy en día.
La inscripción por animal se ha elevado a 360 mil pesos, sumado a los gastos de alojamiento, alimentación y transporte. A diferencia de las exposiciones en el interior del país, donde los costos se pueden mitigar a través de comidas compartidas y la utilización de recursos propios, en Palermo se exige la compra unificada de insumos como la alfalfa, lo que incrementa significativamente los gastos.
Las cabañas más activas se ubican principalmente en Santa Fe y Córdoba, lo que añade un costo de 3.5 millones de pesos en transporte para cubrir aproximadamente 600 kilómetros. Aunque la Sociedad Rural Argentina ha flexibilizado algunas normas, permitiendo que los animales no deban estar presentes durante los diez días completos de la exposición, el transporte no puede reducirse a menos de una semana por cuestiones operativas.
La falta de rentabilidad ha llevado a los cabañeros a afirmar que «Palermo dejó de ser un negocio para el Holando». La disminución en el valor de mercado de los animales y productos genéticos tras la exposición no compensa los costos fijos, lo que ha llevado a la disminución del interés en participar.
Las futuras juras se llevarán a cabo en otras exposiciones en Santa Fe y Córdoba, destacándose la 117° ExpoRural de Rafaela y la Región, donde se celebrará la Fiesta Nacional del Holando con la presencia de un jurado internacional y reconocimientos a las cabañas asociadas a ACHA.
Este panorama sugiere que podrían pasar muchos años antes de que la raza Holando regrese a Palermo, dadas las complicadas condiciones económicas y de mercado que enfrenta el sector lechero actualmente.
Las vacas Holando, conocidas oficialmente como Holando-Argentino o Holstein
Las vacas Holando, conocidas oficialmente como Holando-Argentino o Holstein, son una raza de ganado lechero que proviene de la raza Holstein-Friesian, originaria de Holanda y el norte de Alemania. Esta raza es muy valorada a nivel mundial por su alta producción de leche y su eficiencia en la conversión de alimento en leche.
Características principales
- Color y Apariencia: Típicamente tienen un pelaje distintivo en blanco y negro, aunque también pueden ser rojo y blanco. Son de gran tamaño y estructura robusta.
- Producción de leche: Destacan por su capacidad de producción de leche que es superior a la de muchas otras razas. Una vaca Holando puede producir en promedio entre 10,000 y 12,000 litros de leche por lactancia, aunque muchas pueden superar esos números.
- Temperamento: Generalmente tienen un temperamento dócil y son fáciles de manejar.
- Adaptabilidad: Se adaptan bien a diversos climas y sistemas de manejo, aunque prefieren climas templados.
Importancia económica
Las Holando son fundamentales en la industria lechera global debido a su alta productividad y eficiencia. Contribuyen significativamente a la economía agrícola de muchos países, incluida Argentina, donde son una de las razas lecheras más predominantes. La cría de estas vacas requiere una inversión considerable en manejo, alimentación y cuidados sanitarios para mantener su producción al máximo nivel.
Desafíos
A pesar de su popularidad y beneficios, la cría de vacas Holando enfrenta varios desafíos, como la susceptibilidad a enfermedades debido a su alta producción y la necesidad de una gestión intensiva. Además, los costos operativos y de mantenimiento pueden ser elevados, especialmente en contextos de fluctuaciones económicas o cambios en las políticas agrícolas.
En resumen, las vacas Holando son un pilar en la producción lechera debido a su impresionante capacidad de producción de leche, aunque requieren una gestión cuidadosa para optimizar su rendimiento y bienestar.
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