Eduardo García Maritano es un ingeniero agrónomo destacado en el sector lácteo argentino. Participó activamente en la comisión de lechería de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y es conocido por su análisis profundo del mercado lácteo en el país.
En sus discursos y análisis, ha comparado el éxito del sistema cooperativo en Uruguay con la situación en Argentina, señalando que la falta de precios de referencia confiables y la dependencia de la compra venta oral limitan el desarrollo y la competitividad de la industria lechera argentina.
Además, piensa que Argentina tiene el potencial para aumentar significativamente su producción y exportación de productos lácteos, siempre y cuando se implementen sistemas de comercialización transparentes y eficientes.
La lechería argentina enfrenta múltiples desafíos que impactan a productores e industriales. Uno de los temas más debatidos es la forma en que se realizan las transacciones comerciales entre estos actores.
La fragilidad de la compra-venta oral se convierte en un problema crítico cuando se trata de productos perecederos como la leche, donde los tiempos y la calidad son factores determinantes.
La falta de documentación formal puede llevar a malentendidos y disputas, afectando la confianza entre productores e industriales. A ese respecto y hace unos días atrás, eDairyNews recibió un comunicado firmado por la Cuenca Mar y Sierras, Abasto USV y Caprolecoba, que abrió una oportunidad para charlar sobre comercialización de leche; le preguntamos a Eduardo qué nos podía decir sobre eso:
EGM: El comunicado pone de manifiesto lo frágil que es la compra-venta oral como herramienta transaccional para relacionar al productor lechero con la industria. Este sistema se basa en acuerdos verbales que, aunque tradicionales, carecen de la formalidad y seguridad necesarias para proteger a ambas partes en la transacción. La volatilidad y los riesgos asociados a esta práctica son evidentes, especialmente en un mercado tan fluctuante como el de la leche.
La adopción de herramientas transaccionales más avanzadas no solo protegería a los productores, sino que también brindaría a los industriales una mayor seguridad en el suministro y la calidad del producto. Estas herramientas podrían incluir contratos escritos detallados, precios acordados de antemano y condiciones claras para la entrega y el pago. ¿Qué es necesario cambiar según tu mirada?
EGM: La producción de leche tiene condiciones y características que quedan mejor salvaguardadas en herramientas transaccionales más perfectas que una simple y rudimentaria compra-venta oral, como lo es el suministro a precio determinable, que hoy no se tiene posibilidad de optar. Necesitamos implementar sistemas más sofisticados y confiables que permitan una mayor previsibilidad y estabilidad en las transacciones.
La resistencia al cambio puede ser fuerte en un sector acostumbrado a ciertas prácticas tradicionales. Sin embargo, la legislación actual ofrece las herramientas necesarias para una transición hacia métodos más seguros y formales. Lo que se necesita es una voluntad concertada para adoptar estas alternativas y hacerlas accesibles para todos los actores del sector. ¿Qué es lo que falta?
EGM: Los marcos legales están, solo hay que ponerlos a disposición. El que quiera hacer compra-venta oral, asume su riesgo, pero tienen que estar disponibles otras alternativas comerciales que hoy la industria NO ofrece. Es un cambio que requiere tanto una evolución cultural como una implementación efectiva de las leyes existentes.
Se necesita un plan estratégico como punto de partida para la transformación del sector, que incluya una hoja de ruta clara para introducir cambios significativos que beneficien a todos los involucrados. ¿De qué manera crees que podría ponerse en marcha ese cambio tan necesario para la lechería?
EGM: En el marco del plan estratégico Pel 2020 se había establecido una puesta en práctica de estas alternativas comerciales. Sería bueno que se asuman los compromisos y se lleven a la práctica. Este plan ya contemplaba la necesidad de modernizar las transacciones comerciales en la industria láctea, pero hasta ahora no se ha implementado adecuadamente.
La inversión en la industria láctea depende en gran medida de la estabilidad y previsibilidad del mercado. Las reglas de juego claras y auditables son fundamentales para atraer inversores y fomentar un crecimiento sostenible. Aquellos que buscan el progreso del sector comprenden la importancia de estas reformas. ¿Quiénes apoyan ir por este camino?
EGM: Los que quieren una lechería en crecimiento, ya que entienden que sin reglas de juego comerciales auditables, no se van a sumar inversores racionales que quieran invertir poniendo tambos. Los productores que buscan estabilidad y crecimiento son los principales defensores de estas reformas.
La resistencia al cambio a menudo se basa en el miedo a lo desconocido y la comodidad con las prácticas establecidas. Sin embargo, para que la industria láctea argentina crezca y se fortalezca, es fundamental que todos los actores adopten una visión a largo plazo y se abran a nuevas posibilidades. ¿Por qué crees que algunos productores no apoyan con suficiente entusiasmo estos cambios?
EGM: El tema pasa porque la industria dé opciones. Hoy solo es compra-venta oral. Con solo esta opción no vamos a crecer. Los productores que no apoyan estos cambios probablemente temen la incertidumbre y la adaptación a nuevas formas de operar, pero es crucial que se den cuenta de los beneficios a largo plazo.
La industria láctea argentina se encuentra en una encrucijada. La adopción de nuevas herramientas transaccionales y la implementación de las leyes existentes pueden ofrecer la estabilidad y previsibilidad necesarias para el crecimiento sostenible del sector.
Eduardo García Maritano, subraya la importancia de este cambio, no solo para proteger a los productores, sino también para atraer inversiones y fomentar una industria más robusta y competitiva.
Los desafíos son grandes, pero con el compromiso y la colaboración de todos los actores involucrados, es posible construir un futuro más próspero para la lechería argentina.
Valeria Hamann
EDAIRYNEWS