La cadena de producción de leche en Colombia está enfrentando una grave crisis que pone en riesgo económico a miles de ganaderos en todo el país. Cada tanto se habla de “enlechadas” en el campo colombiano, debido al aumento descontrolado de la producción de leche. Pero a este fenómeno se le han sumado más variables que agudizan la crisis, como la caída en el consumo, los bajos precios por litro de leche pagados a los ganaderos, los fenómenos climáticos y efectos macroeconómicos como la inflación.
Juan Bautista Pulido, tiene 72 años, es un pequeño productor que cuenta con 10 vacas en un terreno de dos fanegadas que tiene en arriendo en la vereda Tarabita, sector El Roble, del municipio de Fúquene, Cundinamarca, cuenta que la leche está muy barata y los insumos costosos. “Mis 10 vacas consumen mensualmente 8 bultos de concentrado y cada uno cuesta $85.000, más el pasto, los medicamentos, la gasolina para la máquina de ordeño, el agua, el trabajo. Producir un litro de leche ya no es rentable”, señala.
Agrega que hace dos ordeños al día, el primero a las 4:00 am, y el segundo a las 2:00 pm, y produce un promedio de 80 libros de leche al día. “El alto costo de producción y trabajo no compensa el bajo precio de la leche”.
Una de las variables que componen la difícil situación es la disminución en el consumo, los colombianos están tomando cada vez menos leche. Ana María Gómez, presidente ejecutiva de Asoleche, gremio que agrupa a varias empresas procesadoras, afirma que “desde el 2022 se comenzó a ver una caída muy sensible en el consumo de leche y sus derivados, ese año el consumo cayó 9%, en 2023 cayó un 6% y en 2024, si bien ha aumentado en algo el consumo, todavía es muy discreto, ni siquiera llega al 1%.”
Esto pone en aprietos a toda la cadena láctea, pues la caída en la demanda de leche y sus derivados hace que se ralentice la producción y las empresas procesadoras comiencen a acumular productos en su inventario. De este fenómeno viene el término “enlechada”, que en otras palabras es contar con una alta cantidad de productos sin poder ser distribuidos por falta de compradores.
Según Asoleche, la disminución en el consumo se debe a dos factores principalmente. El primero es la inflación, que llegó a niveles del 13% en 2023 y que impacta el bolsillo de los colombianos. “La frecuencia de compra de productos lácteos que antes se daba cada 5 o 6 días, hoy ya se está espaciando a unos 12 días.” Afirma la presidente de este gremio.
Agrega que el segundo factor son las nuevas tendencias de consumo, “la moda de consumir menos leche porque supuestamente es mala para la salud”. Sobre esto Gómez afirma que “las modas o recomendaciones de dieta que aconsejan no consumir lácteos porque supuestamente pueden hacer daño para la salud están muy equivocadas y erradas. Hemos visto una creciente tendencia a recomendar consumir bebidas vegetales como de almendra, soya o de coco, que son unos productos de nicho, que están bien. El error, y lo que no está bien, es recomendarle al consumidor que sustituya una por otra”.
Aumentar el consumo es el primer reto que debe solucionar toda la cadena y, según varios de los actores clave en este proceso, es uno de los más demorados en ser atendido, porque requiere de campañas de marketing que perduren en el tiempo.
Por su parte, los ganaderos se quejan de los bajos precios en el litro de leche y las limitaciones que están imponiendo algunas empresas para que ellos no entreguen más de cierta cantidad de litros al día. Felipe Padilla de Brigard, presidente ejecutivo de la Asociación de Productores de Leche (Analac), dice que “los costos de producción se han controlado un porcentaje adicional gracias a la entrada de las lluvias y a los menores costos de las materias primas, pero ha sido a un ritmo más lento del ritmo al que le han bajado el precio que pagan al productor por litro de leche”.
Y agrega que “el ganadero viene con 15 meses de baja en el precio al que le compran la leche, y en diferentes partes del país con algunas limitaciones o restricciones en que no le compran la totalidad de la leche que produce. Y eso es lo que genera la preocupación porque afecta negativamente los ingresos de los productores”.
A esto las empresas productoras responden que la compra de los excedentes de leche se dificulta en estos momentos por el alto nivel de inventarios que tiene la industria en sus bodegas. “Hay un factor de orden climático, estamos experimentado un fenómeno de la niña con un alto volumen de lluvia, esto genera que haya más pastos y en esa medida el animal come más y produce más leche. Estos volúmenes excedentarios no los puede comprar la industria, que ya tiene unos niveles de inventario altísimos porque el consumo está ralentizado.” sostuvo Ana María Gómez, presidente ejecutiva de Asoleche.
Sin embargo, los ganaderos consideran que antes de las limitaciones o restricciones a los productores se pueden tomar otras medidas dentro de las empresas y “hacía el consumidor final”.
Salidas a la crisis
El fondo de la estabilización de los precios de la carne y de la leche, el consejo nacional lácteo, Analac, Asoleche y el Gobierno Nacional están buscando la salida a esta crisis que afecta al campo colombiano.
Por ahora, las propuestas para pasar la tormenta y garantizar que la cadena láctea colombiana siga con vida buscan “implementar medidas transversales que hagan que se reactive el consumo y también que se mejore la competitividad de la leche y los productos lácteos colombianos. Hay un par de proyectos que son importantes y que están ya diseñados en buena parte, como por ejemplo instalar, de la mano del gobierno, unos nodos agroindustriales en ciertas zonas del país donde hay unos excedentes de leche de manera tal que cuando haya mayor producción de leche los pequeños campesinos puedan acercarse allí y procesarla, bien sea en polvo o en queso y que estos productos no se pierdan.” Además, también hay “un plan de trabajo con el PAE para fortalecer la presencia de productos lácteos en el menú de los niños y estudiantes colombianos”, sostuvo Ana María Gómez.
Estas medidas tomarán tiempo y la crisis seguirá presionando financieramente a los ganaderos de la región y del país. Los retos que enfrenta la cadena láctea son múltiples y con soluciones complejas. Algunos factores han venido cediendo como la inflación que lleva varios meses a la baja lo que podría ayudar a aumentar el consumo, pero todavía falta ver cómo se comportará está en lo que queda del año.
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