“Los prolongados cortes de energía eléctrica han tenido un impacto devastador en las zonas rurales, afectando no solo a los agricultores, sino a todos aquellos que viven en este contexto”. Así lo señala Marcela Espinoza Morales, directora ejecutiva de SAVAL.

Es que desde el gran temporal que se desató el pasado 1 de agosto, Espinoza señala que la falta de electricidad no solo interrumpió actividades agrícolas esenciales, sino que también complicó la vida diaria al afectar el suministro de agua de los pozos y los sistemas de APR, además de dejar a las lecherías y otras operaciones críticas sin energía. “Aunque algunos lograron paliar la situación con generadores, estos solo cubrieron una parte de las necesidades, lo que agravó la situación de aislamiento debido a las grandes distancias entre las viviendas”.

Espinoza señala que SAVAL, como gremio, ha estado activamente acompañando a sus asociados y manteniendo un contacto constante con las empresas proveedoras de electricidad, específicamente con SAESA y SOCOEPA. “Con SAESA, se logró establecer una comunicación diaria, lo que permitió informar a los afectados sobre las planificaciones de trabajo por sectores y ofrecer una fecha estimada de solución, aunque esto no aceleró significativamente el proceso. Sin embargo, con SOCOEPA, la respuesta a nuestras solicitudes fue prácticamente nula, dejando a muchos agricultores sin información clara y prolongando su incertidumbre”.

Como gremio, comentó que sentimos una gran preocupación por la escasez de herramientas disponibles para enfrentar estas situaciones y la lamentable sensación de indefensión que esto genera. Es especialmente preocupante el impacto en las escuelas rurales, que se ven obligadas a cerrar, y en los agricultores que dependen de la congelación de productos estacionales, como frutas y verduras. La pérdida de alimentos es significativa, afectando principalmente a los pequeños y medianos agricultores y a las familias rurales, quienes son, una vez más, los más perjudicados en este tipo de crisis”.

Espinoza también hace un llamado a todos los que tienen líneas eléctricas en sus campos a mantener libre de árboles y ramas la franja de seguridad que está establecida, para evitar que estos problemas se repitan en el futuro.

La dura prueba para los productores

Jan Schrott Rundshagen es productor lechero de Máfil y dirige el Fundo San Javier. Recuerda que desde el jueves 1 de agosto se quedó sin electricidad, tardando en reponerse una semana.

Durante los primeros 4 días, recuerda, “la producción bajó un 20 a 30 por ciento a diario”. Para operar la lechería trabajó con un generador para la ordeña y además compró un generador para la casa para recargar teléfonos y tener luz y agua ante nuevas emergencias, además su predio fue punto de carga para los vecinos para luz y agua.

Una de las principales preocupaciones es enfrentar una nueva emergencia. “Si falla el generador en la sala de ordeña o el tractor no tengo el dinero para comprar otro. Para tener un plan B necesitaría 30 millones a lo que se agregan el fertilizar y sembrar”.

Jan señala que es cliente de Saesa y que tradicionalmente la empresa va a los campos y hace limpieza. “Había comunicación con los dueños de los predios y la atención al cliente siempre fue muy buena, pero en esta emergencia lo que me dolió y afectó para poder tener una preparación fue que solo teníamos un sistema comunicacional automatizado. Se señalaba que el servicio llegaría en pocas horas y eso no pasaba”.

“Nos vimos afectados para llenar los bebederos, ya que necesitaba luz. Tuve que hacer varias maniobras, comprar mangueras para llenarlos de manera manual, a esto se agrega que las personas de las casas rurales perdieron todos sus alimentos guardados en congeladores”.

“Sabemos que esto fue una gran emergencia, similar a un terremoto, pero necesitábamos saber que esto iba a demorar”, comentó.

La ingeniera agrónoma Andrea Fuentes es administradora de Agrimaq, predio donde realizan crianza y engorda de ganado de carne, señala que el trabajo diario se complicó mucho, ya que al no tener luz el cerco eléctrico no funcionaba, lo que significó salida y mezcla de animales. “Hubo que dejarlos confinados en un potrero y tratar de mantenerlos ahí”.

De la misma forma las bombas de agua tampoco funcionaban. A ello se agregó el que se quedaron sin internet y señal de celular, debiendo desplazarse al menos 10 km para tener señal telefónica.

La profesional señala que es clienta Socoepa y estuvieron sin luz desde el 1 hasta el martes 13 de agosto. Al no contar con suministro eléctrico debieron hacer cambios en su rutina de trabajo y realizar horas extras.

“Los primeros 5 días fueron los más terribles porque no estábamos acostumbrados a esta situación. También uno de los temas más complejos fue la logística diaria de las casas, como el ”acarreo” de agua. A esas alturas además en las casas los alimentos congelados en los refrigeradores ya estaban perdidos”. comenta.

Sebastián Hoffmann es productor de cereales en el sector de Tantauco, comuna de Los Lagos, donde enfrentó una emergencia que asegura es la más fuerte que le ha tocado vivir. Cuenta con suministro de Socoepa y permaneció 12 días sin luz.

En el sector señala que lo más complejo fue la falta de comunicación, ya que no tenían señal de celular, así como la pérdida de alimentos congelados en muchas de las viviendas rurales de la zona.

Además, hubo una gran cantidad de árboles caídos y están alerta y trabajando para despejar el predio.

“Fue muy complejo y duro. Esto nunca se había visto. Vimos trabajar a las empresas, pero esta emergencia fue muy grande, algo que no habíamos experimentado nunca”.

Empresas eléctricas

Desde Saesa, Darío Inostroza, jefe Servicio al Cliente de Saesa en Los Ríos, señaló que al día martes 13 de agosto más del 99,9% de los clientes en la Región de Los Ríos cuenta con suministro eléctrico, y “menos del 0,1% restante -correspondiente a 31 usuarios que residen en localidades pequeñas, en su mayoría en áreas de extrema ruralidad con difícil acceso y dispersión geográfica importante -, se encuentran con el servicio interrumpido debido al intenso temporal de lluvia y viento en la zona”.

En el caso de Panguipulli, hay 12 clientes sin suministro producto del fuerte temporal de viento y lluvia; mientras que, en Los Lagos, los clientes afectados corresponden a otras empresas distribuidoras.

Sobre las principales dificultades que encontraron para el trabajo de las cuadrillas, Inostroza señala que el daño a la infraestructura eléctrica en muchas zonas fue de gran magnitud. “El viento y la lluvia han afectado considerablemente nuestras redes de distribución, con muchos kilómetros de líneas destruidas por efecto de la caída de árboles sobre las redes y postes en el suelo debido a rachas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora. Ello ha obligado a realizar una reconstrucción sustancial de nuestra infraestructura eléctrica. Nunca antes habíamos enfrentado un sistema frontal de esta magnitud en Saesa”.

El ejecutivo agregó que la tarea y preocupación central es garantizar la calidad y continuidad del suministro eléctrico en la zona. “Contamos con un robusto plan anual de mantenimiento preventivo, el cual es informado oportunamente a la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC)”.

Sobre las principales causas de cortes de servicio, comentó que son producto de la caída de árboles que están fuera de la faja de seguridad -en zonas de difícil acceso y reparación- específicamente en sectores de plantaciones forestales con árboles que miden 30 metros y que están de 10 a 15 metros de la faja de seguridad. Al caer ocasionan daños a nuestras instalaciones, líneas, postes y transformadores.

La Ley General de Servicios Eléctricos en su artículo 57 indica: “El dueño del predio sirviente no podrá hacer plantaciones, construcciones ni obras de otra naturaleza que perturben el libre ejercicio de las servidumbres establecidas por esta ley, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 3º del artículo 54º.  Si infringiere esta disposición o sus plantaciones o arboledas crecieren de modo que perturbaren dicho ejercicio, el titular de la servidumbre podrá subsanar la infracción a costa del dueño del suelo”.

De la misma forma el ejecutivo reiteró el llamado a la comunidad a no plantar bajo o cerca de las líneas de distribución y sobre todo a los propietarios, para que le hagan mantención impidiendo que caigan los árboles sobre las redes.

Sobre la compensación, Inostroza comentó que “están abocados a preparar los procesos necesarios para adelantar las compensaciones a nuestros clientes, conforme a las indicaciones del Ministerio de Energía anunciadas el viernes pasado. Esto, a la espera de la confirmación de la SEC para aplicar correctamente las medidas correspondientes”, señaló.

Desde la Cooperativa Eléctrica Paillaco Socoepa, esta semana entregaron un comunicado de prensa, donde indicaron que el evento climático que ingresó al país el miércoles 31 y se mantuvo hasta 4 de agosto fue extremo, inusual y excepcional.

“Somos una de las empresas más rurales del país, y además nos emplazamos en una zona forestal, lo que implicó que, a la gran cantidad de postes botados por la fuerza del viento, se le sumará otra gran cantidad de postes quebrados por árboles, fuera de las fajas de seguridad, que cayeron sobre nuestras líneas, dañándolas seriamente, lo que según los antecedentes recogidos hasta el momento nos ha provocado reconstruir 170 kilómetros de líneas de media y baja tensión”.

“Nuestras expectativas de reposición del servicio en un comienzo llegaban a mediados de la semana pasada y luego, al ir constatando la gran afección de lo que nos estaba quedando, estimamos lograrlo el día domingo, lo que a pesar la gran cantidad de brigadas dispuestas alcanzamos a cumplir en un 95%.

En esta última etapa, para completar ese 5% faltante, se deberá unir líneas cortadas que atraviesan ríos, seguir levantando árboles caídos sobre nuestras redes, cambiar más del 50% de los postes asociados a estos clientes y además luchar con el robo de conductor, esperando lograr un 99% de recuperación este miércoles 14.

Sabemos que lo que han sufrido nuestros socios y clientes es muy grave y precisamente esa empatía y comprensión de lo que están pasando ha sido lo que ha motivado, tanto a nuestra gente como a personal adicional contratados, para trabajar incansablemente, con el objetivo de recuperar la totalidad de nuestros servicios.

Agradecemos infinitamente a nuestros trabajadores que han hecho su mejor esfuerzo en esta titánica tarea de levantar nuestra Cooperativa. Ya quedan los últimos servicios, los más difíciles, los que serán enfrentados con el mismo compromiso de que no quedará nada que hubiese sido posible de hacer y no hayamos hecho”.

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