La leche fuera del programa se ubica entre los $1300 y $1400 por litro.

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“La verdad es que nosotros estamos vendiendo más que nunca, porque sale más barata”, resaltó Zanchetta. Además, el programa de MESyP ofrece otros productos a valores bajos entre los que se encuentran: pan a $1250 el kilo; facturas a $2200; el kilo de ñoquis a $1800 pesos y el de ravioles $2400.

Zanchetta ahondó en el alcance del programa y aseguró que “todos alimentos reales que llegan a los vecinos de los barrios que ellos pueden pagar y no le saqueamos el bolsillo”. Y luego, sentenció: “si hubiéramos tenido el acompañamiento del Estado, hoy eso sería una política nacional”.

Sobre la organización y la dinámica de comercialización de los diferentes productos Zanchetta informó que “para que lleguen a los barrios hay un trabajo realizado a través de la MESyP, tenemos jornadas en distintos lugares de la PBA y CABA y después están nuestros propios almacenes populares que vamos con los productos y los vendemos al precio que comentamos”.

Por otro lado, el ingeniero agrónomo especialista en industria láctea, Alejandro Sanmartino, calificó a los primeros siete meses del año como “una caída de las más históricas” en el consumo de leche. “Tenemos que recordar 2 años en 40 que tuvimos este tipo de caída”, sentenció.

Para el ingeniero, “el consumo de lácteos depende de dos factores, el ingreso de la población, que si cae como cayó, también cae el consumo”. Pero, Sanmartino resaltó que se debe tener en cuenta la variable de “la producción de leche en todo el país” para explicar el histórico descenso en las ventas de lácteos.

“El dato de la caída de producción de los siete meses, coincide con la caída del consumo. Esto es: hay menos lácteos para ofrecer debido a un problema climático y económico que venían arrastrando los tambos el año pasado”, concluyó.

La caída en el consumo de la carne

El consumo anual per cápita de carne vacuna este año será inferior al de 1920, cuando el mismo fue de 46,9kg. En 2024 será de 45 kilos, muy por debajo del promedio histórico de casi 73kg, según detalló un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. Esta cifra es la más baja en 110 años.

Si bien los datos reflejan que el consumo de carne vacuna fue descendiendo desde la segunda mitad del siglo pasado, por causas como factores de salud, Argentina siempre se ubicó dentro del grupo de países más consumidores de este alimento. Sin embargo, durante las crisis económicas, el consumo migra de manera urgente hacia la ingesta de proteínas más baratas como el pollo o el cerdo.

El consumo de carne se ubica en la cifra más baja en 110 años.

Mariano Fuchila

En esta línea, según los datos recabados, la suma del consumo de carnes bovina, aviar y porcina en Argentina llegaría a los 105,7 kilos. por habitante. En comparación con los números de 2023, esto refleja una caída del 9%, estando 7 kilos por debajo por habitante comparado con el promedio de los últimos diez años (112,8 kilos).

Los datos arrojados por la Bolsa de Comercio rosarina indicaron que la proporción de carne bovina habría caído 3,5 puntos porcentuales respecto a los datos del 2023, lo que significó haber alcanzado un mínimo histórico. De esta manera, es la primera vez en los registros que ocurre que los habitantes consuman la misma cantidad de carne vacuna, que de pollo, estando este valor alrededor de los 44,5kg.

Sobre las razones de la caída del consumo, el informe reveló que, si se tienen en cuenta los ingresos brutos promedio del sector asalariado, a los argentinos le alcanzaría para comprar 146,6 kilos de asado en el 2024. Eso representa una caída del 5,6% con respecto a los números de 2023, cuando el promedio era de 155,2 kilos por año. Por último, si se lo pone en comparación con el consumo promedio de los últimos diez años, en 2024 cada habitante consumiría cerca de 22 kilos. menos por persona, lo que significa una caída del 13,3%.