Esto representa un aumento del 9% en comparación con el mismo período del año anterior. El auge en las exportaciones se produce en un contexto en el que la producción de leche en tambos alcanzó los 6.500 millones de litros, un 11% menos que en 2023, y donde el consumo interno ha caído significativamente.

El mercado doméstico enfrentó una dura realidad: las ventas de leche en polvo se desplomaron un 27%, mientras que las de leche fluida han caído un 12,3%. También se ha registrado una disminución del 8% en el consumo de quesos.

Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), estos descensos se deben, en parte, a las subas de precios. También tiene que ver con el deterioro del poder adquisitivo de la población de clase media, que suele demandar estos productos de mayor valor agregado.

A pesar de las dificultades en el mercado interno, el consumo comenzó a recuperarse levemente en julio, aunque no se mantuvo con la misma fuerza en agosto. El OCLA destaca que la situación es diferente en el ámbito exportador.

Brasil se mantiene como el principal destino de los productos lácteos argentinos, con un incremento del 9% en las importaciones respecto al año pasado.

Los precios internacionales: un problema para el sector

Las cifras indican que, a pesar del aumento en el volumen de exportaciones, las divisas generadas han mostrado una estabilidad engañosa. En los primeros ocho meses de 2024, las exportaciones alcanzaron los US$ 871 millones, con poco cambio en comparación con el mismo período de 2023, debido a la caída de los precios internacionales.

El precio medio de exportación por tonelada fue de US$ 3.642, lo que representa un descenso del 7,5% respecto al año anterior. De acuerdo con el desglose de los productos exportados, el 31% corresponde a leche en polvo entera, seguido por el suero (18%) y la mozzarella (15%).

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