El precio de la leche que cobra un ganadero gallego se decide, en buena medida, en sus antípodas, a 20.000 kilómetros de distancia. Nueva Zelanda exporta el 95% de su producción lechera y es la referencia para el mercado internacional de productos lácteos.
Por eso, los movimientos que a nivel global se producen en la oferta o la demanda por factores diversos (climáticos, inflacionarios, etc.) acaban repercutiendo en las explotaciones productoras de leche de todo el mundo.
Más allá de los condicionantes y especificidades locales, el mercado de la leche es cada vez más global
En el marco de la visita que un grupo de ganaderos y técnicos gallegos acaban de hacer a Nueva Zelanda, entrevistamos a Paul Radich, director regional de Fonterra en Taranaki, una de las principales zonas productoras de leche del país maorí, para saber cómo puede evolucionar el precio de la leche a nivel internacional en 2025, adelantar nuevas tendencias de mercado y conocer el sistema de integración de producción, transformación y comercialización de la cooperativa, ejemplo de eficiencia en la valorización industrial de la producción lechera.
Se producen cambios en ventanas de tiempo muy cortas. Por ejemplo, hubo cuatro cambios en el último año, en este caso fueron subidas de 20 céntimos cada una. Estos ajustes se dan por la influencia del mercado internacional, por ejemplo, si hay mucha leche en EE. UU. o en Europa. Es la oferta y la demanda.
En Nueva Zelanda la leche se paga por kg de materia seca y el precio está sujeto a mucha volatilidad; los ganaderos son quienes asumen ese riesgo
El pago es por kg de sólidos contenidos en la leche, precisamente por ese enfoque hacia la exportación de la leche que se produce en Nueva Zelanda, y la construcción del precio tiene en cuenta la producción total prevista de leche y su valor estimado en los mercados a los que nos enfocamos, restando el coste de la transformación industrial (amortización de las instalaciones y coste operacional).
– Tanto aquí en Nueva Zelanda como también en Europa el precio de la leche está subiendo en este momento. ¿Esperáis que esta tendencia se mantenga el próximo año?
– Es difícil prever cómo estará el mercado incluso en un escenario de precios a corto plazo de un año, pero los precios altos actuales animan a los ganaderos a producir más y puede haber un exceso de oferta. Yo creo que el precio de la leche va a bajar, pero espero que no sea mucho.
“Prevemos que el precio de la leche bajará el año que viene, pero esperemos que no sea mucho”
No sabemos cuál será el precio de la leche que van a cobrar nuestros ganaderos, pero lo que sí sabemos es que será objetivo, sujeto a la ley de la oferta y la demanda. Las subidas van directamente para los ganaderos, no hay intermediarios que se queden con ese dinero, pero también las bajadas repercuten directamente en los productores; los ganaderos asumen ese riesgo.
– ¿Cuál es el principal destino de la leche de Fonterra?
– Fabricamos una amplia gama de productos, tratamos de diversificar. Producimos, por ejemplo, 1 millón de toneladas de leche en polvo. Mucho va para China, otros países del sudeste asiático y países árabes. También hacemos leche desnatada en polvo, mantequilla y proteína en polvo. Pero hacemos una cosa u otra, es decir, o producimos leche entera en polvo o descomponemos la leche en esos otros tres productos (leche desnatada en polvo, mantequilla y proteína en polvo).
En nuestra planta de mayor capacidad procesamos 12 millones de litros cada día
Elaboramos también queso: muchísima mozzarella para China, donde la alimentación está cambiando y está aumentando el consumo de pizzas, y también cheddar y quesos gourmet. El suero procedente de la elaboración de quesos antes se usaba para alimentar cerdos, pero ahora se considera un producto de alto valor para la industria farmacéutica, y con él producimos excipientes para medicamentos o inhaladores.
Fonterra es uno de los principales proveedores de ingredientes lácteos para la multinacional suiza Nestlé en todo el mundo
También hacemos ingredientes lácteos industriales para otras empresas multinacionales como, por ejemplo, Nestlé. Estas empresas nos exigen trabajar con granjas que sean respetuosas con el medio ambiente.
Las buenas granjas son las que destacan en la calidad de la leche y en el cuidado del territorio
– ¿Puede ser ese un condicionante para la producción de leche en Nueva Zelanda en los próximos años?
– Por supuesto. Ya lo es en la actualidad. Las buenas granjas son aquellas que destacan por la calidad de la leche que producen y por el cuidado del territorio. Lo más importante para nosotros sigue siendo la seguridad alimentaria, pero a nivel internacional hay una demanda creciente relacionada con cuestiones como el bienestar animal o el medio ambiente.
En Nueva Zelanda las granjas lecheras se clasifican del 1 al 5 en función del peso del pasto en la alimentación de sus vacas, y hay una diferencia de 10 centavos de dólar neozelandés (unos cinco céntimos de euro) según su grado de autosuficiencia alimentaria, pero es muy probable que ese bono por menos insumos y más servicios ecosistémicos vaya aumentando.
En Nueva Zelanda se está investigando una vacuna para reducir las emisiones entéricas de las vacas
Como empresa, en Fonterra tenemos el compromiso de reducir un 30% nuestra huella de carbono entre 2018 y 2030. Ese es un gran desafío. Una de las opciones sería plantar más árboles y otra es reducir las emisiones del ganado.
Hay un programa de mejora genética para reducir metano, seleccionando por ese aspecto a través de un índice específico, y existen algunos productos en el mercado para ello, como, por ejemplo, aditivos con efectos sobre el rumen, pero son difíciles de usar en vacas en pastoreo. En Nueva Zelanda se está investigando también una vacuna contra las emisiones entéricas, que sería muy útil teniendo en cuenta nuestro sistema productivo.
– Nueva Zelanda cuenta con una superficie de 1,64 millones de hectáreas destinadas a la producción de leche y 4,67 millones de vacas, lo que supone una carga ganadera de 2,85 vacas por hectárea. ¿La reducción de emisiones puede obligar a reducir el número de vacas?
– Nuestra estrategia nunca será reducir el número de cabezas de ganado, sino hacer las cosas mejor dentro de nuestro sistema de producción. La huella de carbono de Fonterra proviene en un 90% de la producción lechera, un 9% de la transformación industrial y un 1% del transporte a destino en todo el mundo. Por lo tanto, para lograr avances significativos hay que poner el foco principalmente en las granjas y centrarse en la alimentación del ganado, la reducción de fertilizantes y la disminución de las necesidades de recría.
Nuestra estrategia nunca será reducir el número de cabezas de ganado, sino hacer las cosas mejor dentro de nuestro sistema de producción
Es probable que esa reducción de la huella de carbono nos haga incrementar los costos de producción y que pueda surgir algún competidor, pero seguramente provendrán de sistemas con ganado estabulado, porque usando alimentación con carro mezclador se pueden controlar mejor las emisiones de metano que con animales en pastoreo.
No obstante, podemos considerar que somos un país con bajas emisiones de gases de efecto invernadero porque hay menor transporte de insumos a las granjas en comparación con otros países productores de leche a nivel mundial.
– ¿Se están realizando auditorías a las granjas en Nueva Zelanda para su cuantificación?
– Sí. Cada año les damos un informe a los ganaderos sobre su huella de carbono, diferenciando los distintos tipos de gases de efecto invernadero, pero todavía estamos en una fase muy inicial en ese aspecto.
Cada año entregamos a los ganaderos un informe sobre su huella de carbono
No se tiene en cuenta la capacidad de fijación de carbono de los pastos porque aún no está cuantificada ni totalmente demostrada desde un punto de vista científico. Está en estudio, pero no tenemos nada concluyente sobre ello.
– ¿Qué porcentaje representa la producción ecológica en relación con la producción total de leche?
– Los ganaderos ecológicos representan menos del 5% y tienen un pago extra, una prima que varía entre 0,8 y 2 dólares por kilo de sólidos entregado. En este momento ese bono es de 1,6 dólares, lo que equivale a un 16% más sobre el precio base actual (10 dólares).
Fonterra está apostando por sacar al mercado nuevas líneas de productos funcionales
Fonterra tiene interés en contar con más leche ecológica. Aquí en Nueva Zelanda el sello eco es una etiqueta muy fuerte en el mercado. También hay demanda en países como China, donde estamos enviando leche fresca pasteurizada ecológica mediante transporte aéreo.
– Nueva Zelanda fue, junto con EEUU, uno de los países pioneros en la producción de leche A2. ¿Está creciendo la demanda?
– La leche A2 es más fácil de digerir, pero durante la COVID-19 esta línea de producto sufrió mucho. De hecho, no estoy seguro de que vaya a continuar. Cuando en Fonterra se comenzó a producir hace 5 años tuvo un arranque muy fuerte, pero ese interés está decayendo. Está en discusión si continuar con ella o no, y los ganaderos están ahora más interesados en seleccionar sus vacas por eficiencia en la alimentación y emisiones de metano en lugar de fijarse en si sus vacas son A1 o A2.
El camino de la diferenciación de producto en este momento está centrado en las nuevas líneas de productos funcionales: leche pediátrica infantil, productos altos en proteína para deportistas y otros específicos para personas mayores. Tenemos 300 investigadores en nuestro centro de I+D+i trabajando en el desarrollo de nuevos productos.
“Que la industria esté en manos de los ganaderos es la mejor fórmula para transformar la leche”
– Fonterra es una de las mayores compañías lácteas del mundo. ¿Ser una cooperativa es una ventaja o una desventaja?
– El modelo cooperativo es el ideal para transformar leche. Que la industria esté en manos de los ganaderos es la mejor fórmula, porque son ellos quienes asumen los riesgos que supone producir y quienes tienen que adaptarse a desafíos como el cambio climático.
Fonterra está formada por 9.000 ganaderos socios, que reciben acciones en función de la leche entregada. Actualmente, la equivalencia es una acción por cada 3 kg de sólidos producidos. Una vez al año reciben un pago en forma de dividendo por los beneficios obtenidos por la compañía.
– ¿El hecho de estar enfocados a la exportación supone un mayor riesgo para los ganaderos?
– Supone una mayor volatilidad en el precio de la leche. Procesamos unas 16 millones de toneladas de leche, de las cuales exportamos el 95%, con destino a 140 países. Tenemos 30 factorías y podemos procesar 12 millones de litros diarios en la planta con mayor capacidad.
Los ganaderos neozelandeses están todos pendientes de la Bolsa de Chicago
El 70% de nuestra producción total se ofrece en el Global Dairy Trade (GDT), donde compran operadores de todo el mundo. Por eso, los ganaderos de Nueva Zelanda están todos mirando los mercados internacionales, lo que ocurre en China o en la Bolsa de Chicago.
– ¿No tenéis miedo de que China, uno de vuestros principales mercados, incremente en los próximos años su producción de leche y, como consecuencia, reduzca las importaciones que está realizando actualmente?
– No tenemos miedo a eso porque nunca podrán ser tan eficientes como nosotros produciendo leche con costos de producción tan bajos como los que tenemos aquí en Nueva Zelanda, simplemente por el hecho de producir leche a base de pasto, que es la forma más barata que existe de producir leche.
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