En diciembre, los precios de los agroalimentos costaron 3,9 veces más caros en las góndolas de los supermercados que cuando salieron de los campos de los productores. Esto significa que los consumidores pagaron 3,9 pesos por cada peso que recibió el productor, a pesar de la desaceleración de la inflación.
Así se desprende del Indicador de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). El informe precisó que la situación en el sector es complicada por la baja en el consumo y los altos costos de la producción, que afectaron directamente a los productores locales.