En la Sabana de Bogotá, una ganadería familiar se ha convertido en un modelo de innovación. Rodrigo Umaña, gerente general de Hato Verde, lidera la transformación de esta empresa ubicada en Tocancipá, Nemocón, Zipaquirá y Cogua, con una producción diaria de 22.000 a 23.000 litros de leche, que ha implementado avances tecnológicos de última generación como el blockchain.
leche

Hato Verde es un ejemplo de cómo la tradición y la innovación pueden converger para transformar la ganadería en Colombia. Con un enfoque en sostenibilidad, tecnología y transferencia de conocimiento, esta empresa liderada por Rodrigo Umaña no solo honra su legado familiar, sino que también apunta a un futuro más eficiente y responsable en la industria lechera.

“Todo arranca de mi bisabuelo, una persona que tuvo fincas productoras de trigo y carne. Con el tiempo, mi abuela y sus cinco hermanos heredaron estas fincas, con lo cual se diluyó un poco y se terminó pasando a lechería. Ahí viene mi madre y luego yo, que somos la cuarta generación continuando este legado”, relató Umaña.

Aunque Rodrigo proviene de una formación en hotelería y arte culinaria, asumió el liderazgo de Hato Verde hace 14 años tras una coyuntura familiar, marcando un nuevo capítulo en la historia de la empresa. Si bien Hato Verde alrededor de 950 vacas holstein que producen entre 22 y 23.000 litros de leche al día, se han integrado con otras fincas para sumar más producción, reuniendo aproximadamente 4.000 ejemplares.

Su llegada a la empresa fue como poner la casa en orden, comenzando por consignar en detalle todos los registros contables, entre ingresos, costos y gastos, y encontró que el costo más grande es el concentrado. Aunque esto puede resultar evidente para los ganaderos, entender y cuantificar el costo en valores le permitió implementar una estrategia para reducir su incidencia en la contabilidad y mejorar la rentabilidad.

“Cuando tomamos la decisión de encontrar la información desde la contabilidad, separamos lo que era ingresos, costos variables, costos fijos asignables, gastos. Nos dimos cuenta de que el costo más importante era el concentrado. Eso no es algo que nadie sepa pero cuantificarlo y entender de dónde viene ese costo nos permitió tomar decisiones para mitigar su impacto. Por eso decidimos montar una planta de producción de alimentos para el ganado”, señaló.

Además de llevar los registros con el software Taurus Web, de aplicar Buenas Prácticas Ganaderas ara mejorar el bienestar de sus animales y de establecer su propia planta de producción de concentrado para los animales, este 2025 aplicará un modelo de compostaje inspirado en tecnologías de Israel, Brasil y Argentina, que adaptaron a sus condiciones.

“En este sistema, las vacas están en áreas con camas de materiales orgánicos como cascarillas o madera, al menos 40 a 60 centímetros de material. Esto nos permite generar compost, mejorando la salud y productividad de los animales mientras optimizamos el uso del espacio. Esto tiene una técnica avanzadísima y la tecnología ya se implementó en Israel y en abajo en Brasil y Argentina, que han cogido estas tecnologías para desarrollar sus sus propias producciones”, explicó.

Este proyecto ha demostrado resultados impresionantes en términos de salud y rendimiento, especialmente en novillas. “El desarrollo de nuestra empresa va dirigido a cómo implementar tecnologías para tener un mayor crecimiento de vacas dentro del mismo área. El próximo lanzamiento de tecnología sería este modelo de compostaje, con el cual ya estamos haciendo pilotos del prototipo y arrancaríamos entre abril a junio con su extensión”, precisó.

Otra innovación clave es la implementación de blockchain para garantizar la trazabilidad de sus productos. De la mano de empresa Cintel, pueden hacer la trazabilidad del litro de leche desde que sale de la vaca, basado en la asignación de un token único para cada animal, lo que permite realizar un seguimiento detallado de la producción diaria y conocer en tiempo real lo que ocurre en cada finca lechera.

“Esta tecnología nos permite ofrecer un valor agregado al consumidor, asegurando la calidad y el origen de la leche desde su producción hasta el transporte. Es un paso más hacia la transparencia y la eficiencia en nuestra cadena de valor”, detalló el gerente.

The Milk Club: proyecto de transferencia de conocimiento

Conscientes de la importancia de compartir su experiencia, Hato Verde ha creado el proyecto Milk Club, que busca transferir conocimientos y mejores prácticas a otros ganaderos. “Queremos integrar a los productores en una cadena de valor que les permita mejorar su productividad y generar mayores ingresos. Este es uno de nuestros principales retos a corto plazo”, afirmó Umaña.

Hato Verde no solo se enfoca en la producción de leche, sino también en la exploración de nuevas tecnologías y la diversificación de su modelo de negocio. Entre sus objetivos está avanzar hacia la transformación de sus productos y ampliar el alcance de proyectos como el de compostaje. También están planeando otros análisis como la medición del metabolismo de las vacas o el desarrollo organizacional de la empresa.

“Tenemos tres proyectos muy importantes. Uno es la transferencia de conocimiento con el proyecto que montamos de Milk Club, el cual nos permite integrarnos con ganaderos para compartir este conocimiento y generar mayores productividades. (…) Queremos poner a mayor disposición la planta de producción para generar mayor impacto en el sector, ese es otro proyecto. Y el tercero es la integración interna del conocimiento en nuevas tecnologías como el modelo de compostaje”, remató Umaña.

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