Los quesos artesanales buscan su espacio entre las góndolas repletas de productos similares elaborados por las grandes empresas lácteas. Hechos con leche de vaca, de oveja o de cabra, tienen características que los hacen únicos.
La principal diferencia está en el proceso de elaboración que sigue métodos tradicionales, muchas veces de manera manual (en especial el moldeado, el prensado y el salado) de acuerdo con recetas que pasan de generación a generación y sin aditivos ni conservantes.