ESPMEXENGBRAIND

13 Abr 2025
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13 Abr 2025
Tanto Ricardo de Izaguirre, presidente del Instituto Nacional de la Leche, como Horacio Rodríguez, titular de la Sociedad de Productores de Leche de Florida, coinciden en que la caída en el volumen de leche es el principal factor que afecta a las pequeñas industrias locales. El atraso en el pago a los productores cooperativistas de los últimos meses aceleró la salida de muchos de ellos, que buscaron otras alternativas para continuar en la actividad.
producción leche

Sumamente afectado por la situación generada en la planta industrial de Calcar en Tarariras, en el departamento de Colonia, el presidente del Instituto Nacional de la Leche (Inale), Ricardo de Izaguirre, dijo que duele más por tratarse de una cooperativa de origen local. En los últimos tiempos la empresa recorrió el camino de varios atrasos en el pago a los tamberos socios para estar al día con los salarios de los trabajadores, lo que “hablaba muy bien de ellos desde el punto de vista de cumplir con esas obligaciones”. Algo similar había sucedido en abril de 2024, cuando también cerró sus puertas la planta que funcionaba en Carmelo.

De los 54 establecimientos que remitían a la planta industrial, una cifra cercana a los 10 quedaron por el camino debido a su situación sumamente complicada para continuar en la actividad. El resto fue distribuido transitoriamente en otras industrias o queserías, uno de los fuertes de esa zona del país, hasta que se resuelva definitivamente su situación. Esta semana el titular de Inale recorrerá ese departamento intentando reacondicionar el sistema de recolección de leche, seriamente afectado por este cierre. Una de las salidas propuestas que tuvo éxito en su momento, cuando otras industrias pasaron por problemas similares y podría volver a reeditarse, es la utilización de un camión cisterna para recoger la leche de los establecimientos, la vuelque en una industria y luego “se forme una bolsa” con otras industrias de la zona.

“Duele mucho porque son esfuerzos colectivos”, consideró De Izaguirre sobre el final de esa industria cooperativa. A pesar de haber recibido apoyos del Fondo de Garantía para Productores Lecheros y del Fondo de Reconversión de Industrias Lácteas, la situación se tornó insostenible para los productores remitentes, que en forma desordenada se fueron retirando de la cooperativa. Sobre la salida desordenada de los productores, De Izaguirre señaló que no debió ser una decisión fácil y se vieron obligados a buscar alternativas para continuar en la actividad.

De Izaguirre calificó positivamente la respuesta de los ministerios de Trabajo, Industria, Economía y Ganadería y la de los técnicos del Instituto Nacional del Cooperativismo, que de forma inmediata a conocerse la noticia se pusieron a trabajar para dar respuestas a los productores que necesariamente debían remitir la leche en un plazo relativamente rápido. Enfatizó que esa era la primera tarea, “si no se pierde el esfuerzo, porque detrás de cada litro de leche hay todo un trabajo brutal”. Tras resolverse este primer inconveniente, la siguiente tarea fue darles a los trabajadores la seguridad de que “de alguna manera podrían ser cubiertos” sus salarios adeudados. Conocedor de la realidad de las localidades pequeñas, el tambero floridense entiende que una de las principales tareas es poder reubicar a los trabajadores que tienen proyectos familiares y que generalmente viven en lugares donde las fuentes laborales escasean.

En Uruguay el 75% de la leche que se remite a plantas industriales se hace en forma cooperativa. Sin embargo, el mayor problema que aqueja a estas empresas que se encuentran en problemas no está relacionada con los procesos industriales, sino con “el volumen de leche”, señaló la autoridad de Inale. “Las industrias, teniendo leche, pueden hacer efectiva sus obligaciones”. Señaló que las empresas funcionan en la medida que haya leche: “Es un tema de confianza”. En este caso los propios cooperativistas perdieron la confianza.

De Izaguirre dijo estar de acuerdo con la postura del nuevo gobierno, que propone seguir la senda de crecimiento “pero en la medida en que se pueda”. El consumo de lácteos en Uruguay está por encima de los 200 litros por habitante y no hay posibilidad de crecimiento debido al estancamiento poblacional. De este modo, las empresas están acotadas a una fuerte competencia interna, salvo casos excepcionales como el de Estancias del Lago en Durazno de la familia Bulgheroni, que abastece ciento por ciento al mercado externo.

Los productores no quieren ser rehenes del sindicato

La mayor preocupación para el presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida, Horacio Rodríguez, es el continuo cierre de plantas industriales que terminan perjudicando a todo el sector lechero. En su opinión, la andanada de problemas de estas industrias de las que “Calcar es una más, Ecolat anteriormente, Coleme que está con muchos problemas”, son una perla más de las dificultades financieras que tienen su origen en la falta de leche.

Rodríguez enfatizó que “la Sociedad quiere dejar bien claro que no es culpa de los productores” que desde noviembre no cobran el dinero correspondiente a la leche remitida. Además, afirmó que los productores no quieren ser rehenes de los sindicatos, “porque yo soy productor y la leche la mando a donde quiera y como quiera”. De todos modos, lamentó la situación de los trabajadores que “quedan sin trabajo” y la de los “productores chicos que seguramente van a dejar” la actividad.

Sobre la decisión de la empresa, el presidente de la gremial floridense dijo que se trataba de “una muerte anunciada”. La falta de leche para procesar produjo serios problemas financieros que hicieron inviable la continuidad de la cooperativa y “no hay posibilidad de que esto siga”.

La pérdida de producción de leche es la principal causa que genera distorsiones en el sector, causando el cierre de industrias como la de Calcar. En este contexto, Rodríguez señaló que los productores se terminan yendo para las empresas más grandes “que son las que dan más seguridad”. “La lechería ha decrecido y eso es costo para las industrias”, indicó. En este contexto es lógico que los tamberos se vayan concentrando en industrias más seguras que les permitan seguir funcionando.

Con este escenario de caída de producción, Rodríguez está convencido de que hay plantas que van a desaparecer. “Por suerte Claldy está mejorando”, aseguró el productor floridense, que ve con buenos ojos que no todos los casos sean tan dramáticos como el de Calcar. Si bien consideró que preocupa la menor producción de leche, aseguró que el negocio sigue siendo rentable comparado con otros sectores como la ganadería o la agricultura. De todos modos, advirtió que “es muy difícil que al sector lechero vengan inversionistas”.

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