Con un consumo interno en aumento, exportación activa y una relación insumo-producto positiva, se reactiva el tambo y es dable esperar un buen año.
“En el año 2023 con un litro de leche comprábamos un kilo de maíz, mientras que ahora con un litro de leche, compramos dos kilos de maíz, una relación más que favorable para nuestra actividad”, destacó el consultor Marcos Snyder.
Producción en alza
El 2025, sin duda, trae consigo una proyección optimista para la lechería argentina. De hecho, según el informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), se espera un aumento en la producción del 5,7%, lo que representa 605 millones de litros adicionales durante este año.
De cumplirse esta previsión, el total de la producción alcanzaría los 11.190,2 millones de litros, un incremento relevante ¿Qué factores están impulsando esta evolución? Para Daniel Villulla, productor y dirigente de la Cámara de Productores de Leche del Centro Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba), “las condiciones climáticas han mejorado, con lluvias que favorecieron la productividad de los tambos”, además de coincidir con Snyder en que “se han sumado otros motivos como la sostenibilidad de la demanda interna y el repunte de las exportaciones”.
En la misma línea Enzo Milano subraya que “hace poco más de un año que venimos bastante bien con los precios relativos de la leche, favorecidos también por precios anclados del maíz y la soja, principales componentes de la dieta, lo cual hace que tengamos muy buena rentabilidad”
De mantenerse estos parámetros, lo cuales muy probable que ocurra, Milano también coincide en vaticinar que “el 2025 va a ser un buen año para la lechería, más aún atendiendo las mejores condiciones climáticas que se vienen dando a partir de las lluvias de febrero, que nos asegura tener un