Son tiempos de expectativa para los productos lácteos en Colombia. Después de una leve recuperación en el consumo de leche en los hogares en 2024 (0,9% comparado con el 2023) y 3.300 millones de litros de leche cruda acopiada, la Asociación Colombiana de Procesadores de la Leche (Asoleche) prevé que este 2025 puede ser “más alentador” a pesar de desafíos como el “cambio climático, la inflación que afecta la capacidad adquisitiva de los colombianos y una informalidad cercana al 50% en la producción y transformación de la leche que se produce en el país”.
En medio de ese panorama, productos no lácteos —como las bebidas vegetales—, han ido ganando terreno no solo en Colombia sino en gran parte del mundo. De ellos, quizás la más popular sea la bebida de almendras. No en vano, llamó la atención que en el país hay una sola empresa que se encarga de producir la mitad del líquido que se vende en el país. Incluso ‘une’ a cadenas que compiten entre sí, como Tiendas Ara y D1.
La bebida de almendras une a competidores
Ante las variaciones en el comportamiento de algunos consumidores, Asoleche viene trabajando desde el año pasado en un estudio sobre los hábitos de consumo en Colombia. A la espera de sus resultados, ciertas marcas lecheras han optado por otros productos que han ido abriéndose campo en medio de la situación que vive la industria de lácteos. El caso de la Central Lechera de Manizales (Celema), que lleva más de sesenta años de operaciones, es ilustrativo.
La industria trabaja incansablemente por ofrecer un portafolio variado en productos y precios, que, garantizando la más alta calidad, sean accesibles para el presupuesto de cada familia. A este respecto, nos ha llamado la atención que recientemente se ha publicado información sobre precios mínimos y máximos por litro de leche en punto de venta, señalando que la diferencia de precios obedece únicamente a la marca, pero que todo el producto es igual. Esta apreciación es superficial y desconoce la importancia de la transformación industrial, que hace que en el mercado haya una oferta de leche variada, que atiende a las distintas necesidades nutricionales, funcionales y de presentación.
Ana María Gómez, presidenta de Asoleche
“Si bien el consumo ha ido disminuyendo a largo plazo, en el corto tiene una recuperación importante. Está el reto de innovar y desarrollar productos disruptivos para el mercado, de entender cómo son las tendencias. Vemos un gran potencial en el sector lácteo; sin embargo, considero que se requiere de políticas que impulsen la competitividad y la modernidad de los procesos y el acceso a mercados internacionales”, declaró en charla con EL TIEMPO.
Sobre su apuesta de bebidas no lácteas, manifestó: “Con la maquila, llegamos a todo el país. A través de ella, Celema produce el 50 por ciento de las bebidas de almendras de todo el mercado. Producimos a otras marcas como Nestlé, Ara, D1 y Grupo Éxito”.
Asimismo, espera fortalecer su marca propia. “Recientemente hemos cambiado nuestra estrategia para también participar de esas mismas categorías con la nuestra”, señaló Orozco.
Según un informe de Mordor Intelligence, compañía de investigación de mercados, “el tamaño del mercado de las bebidas de almendras se estimó en 5.49 mil millones de dólares en 2024, y se espera que alcance los 9.610 millones de dólares en 2029”.
En esa línea, Celema ya exporta su bebida a base de almendras a Estados Unidos, Cuba y Venezuela. Este año, piensan llegar a al menos seis países más.