Expertos recomiendan moderación según tipo: más fresco, más cantidad… pero con criterio.
Un artículo de Vanitatis sostiene que el queso no es perjudicial si se consume bien: su aporte de calcio biodisponible, proteínas completas y vitaminas A, B2, B12, zinc, fósforo y magnesio lo convierten en un alimento valioso dentro de una dieta saludable, especialmente si se eligen variedades frescas bajas en grasa, como los quesos de cabra fresco.
Nutricionistas advierten que los quesos curados, ricos en grasas y sal, deben consumirse con moderación. Se recomienda una porción diaria de 40‑50 g para estos quesos, mientras los quesos frescos pueden llegar a 75‑100 g diarios, dependiendo de su contenido graso.
Según la Universidad de Harvard y otros expertos, el queso duro debería limitarse a 28 g diarios, mientras que los lácteos totales no deberían superar los 250‑500 g al día, para mantener una dieta sostenible y saludable.
La escuela nutricional del nutricionista Pablo Ojeda coincide: los quesos frescos y tiernos son más digestivos y bajas en grasa (~20 %), mientras que los quesos curados pueden superar el 50 % de grasa. Recalca que “unas tres cuñitas” de queso curado al día son aceptables, y que los quesos de cabra, con baja lactosa, son aptos para personas intolerantes.
Un enfoque práctico: priorizar quesos frescos, de cabra u oveja, y limitar los curados; respetar porciones entre 40‑50 g para curados, hasta 100 g en frescos. Así se combinan nutrición, sabor y salud cardiovascular, evitando excesos de grasas saturadas y sal.
Fuente: Vanitatis – Buena noticia para los amantes del queso: no engorda si sabes… Diario ABC+8elconfidencial.com+8Mundo Deportivo+8vanitatis.elconfidencial.com+3vanitatis.elconfidencial.com+3elconfidencial.com+3
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