Conaprole cierra planta en Rivera, exportaciones tensionadas y precios mundiales influyen en un sector en alerta.
La industria láctea uruguaya atraviesa una etapa crítica marcada por recientes cierres de plantas —como Calcar y ahora Conaprole en Rivera (a octubre 2025)—, conflictos laborales y la reestructuración de firmas como Coleme. El predominio de Conaprole (aprox. 73% de la producción) limita el margen de otras empresas, aunque estas aportan viabilidad al sector en crisis.
El consumo interno de leche en sachet ha caído un 30 % en seis años, y se prevé una baja adicional por caída de natalidad, cambios en hábitos y mayor competencia de productos importados.
A nivel exportación, Conaprole destina un 80% de su producción a mercados globales, con fuerte presencia en 70 países como Argelia, México y Brasil (este último con arancel cero dentro del Mercosur). La empresa colabora con ocho de las diez principales compañías lácteas globales y es el 3er mayor exportador mundial de leche en polvo (8 %).
Los precios internacionales de leche en polvo, que rondaban USD 3.500/t en 2023 tras caer a USD 2.500, se recuperaron a más de USD 4.000/t en 2025, beneficiando a las exportaciones. En 2024, las ventas crecieron un 20% en dólares, aunque el tipo de cambio uruguayo en caída aumenta la incertidumbre económica.
Expertos como Agustín Stanham atribuyen las penurias del sector a problemas estructurales (alta concentración industrial, vulnerabilidad frente a precios y cambio de hábitos) más que a coyunturas temporales. La política de diversificación de productos y mercados, así como el fortalecimiento institucional, son claves de cara a un futuro sostenible.
El País (Uruguay) – Un sector en problemas que enfrenta complejidades, su vínculo con el mundo y los precios internacionales