El estrés térmico reduce la producción láctea: impactos duraderos y medidas limitadas para revertirlo.
El calor extremo, un enemigo silencioso: Estudios recientes resaltan que una sola hora con índice de temperatura-humedad (ITH) superior a 26 °C reduce la producción diaria de leche hasta un 0,5 %, con efectos que pueden prolongarse varios días. En situaciones de calor intenso las pérdidas pueden llegar al 10 % en ciertas explotaciones.
Escalada global de impactos hacia 2050: Si no se implementan adaptaciones efectivas, se estima que la producción lechera promedio por vaca podría disminuir en torno al 4 % a nivel mundial para mediados de siglo. Afectaría particularmente a las pequeñas explotaciones, que carecen de sistemas de enfriamiento.
Eficacia limitada de adaptaciones actuales: Sistemas como ventilación, sombra y nebulización pueden mitigar aproximadamente entre el 40–50 % de las pérdidas causadas por el calor. Esto significa que incluso en granjas tecnificadas se registra una merma notable.
Impacto económico significativo: Por ejemplo, en el Medio Oeste de EE. UU., se estiman pérdidas de 616 millones de litros de leche en cinco años, con un valor económico aproximado de 245 millones de dólares. Además, proyecciones indican que hacia 2030 la producción podría descender entre 0,6 % y 1,35 % por explotación, con pérdidas totales anuales estimadas entre 79 y 199 millones USD .
Justicia y resiliencia en el sur global: El impacto será más agudo en regiones como el sur de Asia, que está llamada a liderar el crecimiento mundial de la producción láctea. Allí, las granjas familiares con menos recursos y sin sistemas de refrigeración serán las más vulnerables, lo que plantea un desafío de seguridad alimentaria y equidad.
Fuente: Meteored – ¿Desaparecerá realmente la leche de vaca de nuestras heladeras debido al clima?, con datos de Science Advances y estudios complementarios.