Descubre cómo este versátil lácteo, rico en probióticos, es un aliado esencial para tu salud digestiva, inmunológica y ósea.
El yogur, un alimento milenario producto de la fermentación láctea, está siendo revalorizado por la ciencia moderna debido a sus amplias propiedades curativas y beneficios para la salud. Más allá de ser una fuente de nutrientes esenciales, sus cultivos vivos de bacterias, conocidos como probióticos, lo convierten en un potente aliado para el bienestar integral. La investigación científica actual respalda su consumo regular como una estrategia efectiva para mejorar diversas funciones corporales, desmitificando su rol en la dieta diaria y destacando su importancia nutricional.
Uno de los roles más importantes del yogur se centra en la salud digestiva. Los probióticos presentes en el yogur, como Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, contribuyen a equilibrar la microbiota intestinal, lo que puede aliviar síntomas de afecciones como el síndrome del intestino irritable y mejorar la absorción de nutrientes. Este equilibrio microbiano es fundamental para el funcionamiento óptimo del sistema digestivo y para prevenir la entrada de microorganismos patógenos, fortaleciendo la barrera intestinal.
Además de su impacto digestivo, el yogur ha demostrado ser un aliado clave para el sistema inmunológico. Los mismos probióticos que benefician el intestino también tienen la capacidad de estimular las defensas naturales del cuerpo, aumentando la resistencia a diversas enfermedades, incluyendo infecciones y resfriados comunes. Complementando esto, el yogur aporta nutrientes esenciales como proteínas, calcio, vitaminas B2 y B12, y zinc, que son vitales para el correcto funcionamiento del sistema inmune.
La ciencia también vincula el consumo regular de yogur con beneficios significativos para la salud ósea y la prevención de enfermedades como la osteoporosis. Rico en calcio y fósforo, nutrientes fundamentales para la densidad ósea, y a menudo fortificado con vitamina D, el yogur ayuda a mantener huesos y dientes fuertes. Estudios incluso sugieren que su consumo está asociado con un menor riesgo de sufrir osteopenia y osteoporosis, tanto en hombres como en mujeres, especialmente en etapas avanzadas de la vida.
Finalmente, el yogur ha mostrado potencial en la prevención y manejo de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2. Su alto contenido proteico contribuye a la sensación de saciedad, lo que puede ayudar en el control de peso. Además, investigaciones sugieren que el consumo diario de yogur puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y mejorar el perfil lipídico, incluyendo la reducción de los niveles de colesterol LDL (“malo”), lo que lo convierte en un alimento con múltiples ventajas para la salud cardiovascular y metabólica.
Fuente: Infobae México