El intendente Richard Sander propone a la cooperativa posponer el cierre de la planta hasta 2026 para encontrar soluciones que eviten la pérdida de empleos en la región.
En un giro inesperado en el conflicto lácteo de Uruguay, el intendente de Rivera, Richard Sander, ha propuesto una solución audaz para evitar el cierre de la histórica planta de Conaprole. Durante una movilización de los trabajadores, Sander sugirió postergar la fecha de cierre, fijada para el 31 de octubre de este año, y extenderla hasta 2026. Su intervención busca ganar tiempo para que la empresa, el gobierno nacional y los sindicatos puedan explorar alternativas viables y evitar que la planta deje de funcionar.
Sander calificó la decisión de cerrar la Planta 14 de Conaprole como un “error”. Su propuesta se basa en la necesidad de un plazo más amplio para llevar adelante un “camino de diálogo” que permita encontrar soluciones concretas. El intendente se mostró dispuesto a ser un mediador activo, afirmando que está preparado para “golpear las puertas que sean necesarias” para proteger los puestos de trabajo de un departamento que ya enfrenta una de las tasas de informalidad más altas del país.
La viabilidad de la planta es el punto central del debate. Conaprole argumenta que el cierre se debe a la baja recepción de leche (menos de 20 mil litros diarios), la caída del consumo de leche fresca y la necesidad de inversiones millonarias. Sin embargo, el intendente propuso una reconversión de la producción para incluir otros productos lácteos y un compromiso de la comunidad para consumir los productos locales, sugiriendo que las escuelas y otras instituciones sociales se abastezcan de la producción de la planta para estimular la demanda.
La prioridad de Richard Sander por la crisis lechera quedó en evidencia al cancelar una reunión programada con el presidente Yamandú Orsi para presentar un proyecto de inversión. El intendente explicó que, si bien la llegada de nuevas industrias es importante, “también es muy importante que Conaprole no cierre”, ya que la planta, con 60 años de historia, es una “bandera del Uruguay” en una zona fronteriza donde la competencia con Brasil es feroz.
El llamado de Sander al diálogo y a la colaboración es un reflejo de que el futuro de la planta de Conaprole en Rivera es más que un simple tema empresarial. Es un problema social y económico que requiere la participación de todas las partes interesadas. La propuesta de postergar el cierre ofrece una ventana de oportunidad crucial para que el sector y el gobierno encuentren una salida que proteja los empleos y la tradición industrial de la región.
Fuente: El Observador