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11 Ago 2025
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11 Ago 2025
El sector reclama soluciones ante costos altos y caída de ingresos que ponen en riesgo la producción.
Productores de Panamá piden intervención urgente del Gobierno

El sector primario de la leche en Panamá enfrenta una situación insostenible debido a la combinación de precios bajos para el productor y altos costos de operación.

La industria láctea de Panamá se encuentra en un estado crítico, llevando a sus productores de leche a realizar un llamado urgente al gobierno para que intervenga. El sector, un pilar fundamental de la economía rural, enfrenta un desequilibrio económico que, de no ser atendido, podría provocar el colapso de numerosos tambos. La petición pública subraya la gravedad de una crisis que amenaza la subsistencia de miles de familias dedicadas a la producción láctea en el país.

El núcleo del problema reside en la insostenible brecha entre los costos de producción y el precio que los productores reciben por su leche. Los productores de leche panameños reportan que los insumos esenciales como el alimento para el ganado, la energía y el combustible han experimentado un alza significativa. Al mismo tiempo, el precio de la leche en finca se ha mantenido estancado o incluso ha disminuido, haciendo que la actividad sea inviable y generando un escenario de pérdidas constantes.

A esta presión interna se suma la competencia de las importaciones de productos lácteos. Los productores de leche locales argumentan que las importaciones, a menudo más económicas, saturan el mercado y socavan los esfuerzos de la producción nacional. Esta competencia desleal, en un contexto de costos elevados, ahoga la rentabilidad y dificulta que el producto panameño pueda competir de forma efectiva, poniendo en riesgo el futuro de la industria.

Ante esta situación, las demandas de los productores son claras y buscan una solución inmediata por parte de las autoridades. Se solicita una regulación de precios que garantice un precio mínimo justo para la leche en tranquera, así como una revisión de las políticas de importación. El sector espera que el gobierno implemente mecanismos de apoyo y control que protejan la producción nacional y brinden un respiro financiero que permita a los tambos mantenerse a flote.

En conclusión, la crisis de la lechería panameña es un llamado de alerta sobre la fragilidad de la cadena alimentaria del país. La respuesta del gobierno será crucial para determinar el destino de la producción láctea nacional. Una intervención efectiva no solo salvaría a miles de productores de leche, sino que también aseguraría la soberanía alimentaria, protegería el empleo rural y garantizaría la continuidad de una industria vital para la economía y la sociedad panameñas.

Fuente: El Siglo

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