El gobierno chino ha extendido hasta febrero de 2026 su investigación sobre las importaciones de lácteos desde la Unión Europea, una medida que genera incertidumbre en el comercio internacional.
Un nuevo capítulo de tensión se ha abierto en la relación comercial entre China y la Unión Europea. El Ministerio de Comercio del gigante asiático ha anunciado que extenderá hasta febrero de 2026 su investigación sobre las importaciones de productos lácteos procedentes del bloque europeo. La medida, que originalmente se había iniciado el 21 de agosto de 2024, fue prorrogada debido a la “complejidad del caso”, generando un período de incertidumbre prolongada en una de las rutas comerciales más importantes del mundo para la industria láctea.
La investigación antisubsidios, como se le conoce formalmente, se centra en una amplia gama de productos, incluyendo distintos tipos de queso (fresco, rallado, procesado y azul), leche y nata con alto contenido de grasa. La acusación china sostiene que estos productos lácteos han recibido subvenciones de la UE y de sus estados miembros, lo que les permitiría ser vendidos en el mercado chino a precios por debajo de su valor real, perjudicando así a la producción nacional.
Para los productores y exportadores europeos, esta extensión es una mala noticia. Dependen en gran medida del vasto mercado chino, que es uno de los mayores importadores de lácteos a nivel global. La prolongación de la incertidumbre obliga a las empresas a reevaluar sus estrategias de exportación y a buscar mercados alternativos para evitar los posibles aranceles que podrían imponerse. Países como Francia, Italia y Alemania son los principales exportadores de lácteos a China dentro de la UE, y son los más afectados por esta situación.
Esta investigación no es un evento aislado, sino parte de una disputa comercial más amplia entre ambos gigantes económicos. La medida de China es vista como una respuesta a los aranceles que la UE ha impuesto a los vehículos eléctricos chinos. En este contexto, los lácteos y otros productos agrícolas como la carne de cerdo y el brandy se convierten en fichas de negociación en una tensa partida de ajedrez comercial.
En conclusión, la extensión de la investigación antidumping de China sobre los productos lácteos de la UE es un recordatorio de los riesgos inherentes al comercio internacional. Para la industria láctea, que opera con ciclos de producción y precios volátiles, la estabilidad de los mercados de exportación es crucial. Esta situación resalta la necesidad de que los productores diversifiquen sus mercados y que los gobiernos trabajen en políticas comerciales claras para mitigar el impacto de las disputas geopolíticas en el sector agroalimentario.
Fuente: La Vélez