Una caída de hasta un 3% en el precio de los quesos en las fábricas de Argentina confirma un retroceso en el consumo. La medida busca reactivar la demanda en un contexto de retracción económica.
El mercado de quesos en Argentina ha comenzado a mostrar signos de debilidad, con una reducción de precios en fábrica de hasta un 3% durante el mes de agosto. Esta medida, que el artículo califica de “lógica”, es una respuesta directa a un contexto económico complejo. La industria láctea está enfrentando una tormenta perfecta, impulsada por una combinación de factores que incluyen una producción más alta de lo esperado, un poder adquisitivo débil y un dólar no competitivo que limita las exportaciones.
La principal víctima de esta tendencia a la baja es el queso cremoso, un producto de alto consumo en el mercado interno. La presión sobre los precios se debe a un excedente de producción que no encuentra una salida fluida en el mercado doméstico. Para mover el stock acumulado, las empresas de todos los tamaños se han visto obligadas a multiplicar las ofertas y los descuentos, una estrategia que, aunque podría reactivar las ventas, pone una presión adicional sobre los márgenes de ganancia.
La caída del poder adquisitivo del consumidor argentino es el motor principal de esta crisis. A pesar de los esfuerzos de las fábricas por mantener la rentabilidad, la falta de demanda ha dejado a la industria con un inventario significativo. Esto es un claro indicio de que los hogares están ajustando sus gastos en alimentos, incluso en productos esenciales como los lácteos, lo que genera una señal de alarma para toda la cadena de valor.
Además de la caída del consumo interno, la situación se agrava por el estancamiento de las exportaciones. El artículo señala que un “dólar atrasado” hace que los productos argentinos sean menos competitivos en los mercados internacionales. La combinación de una demanda interna débil y una limitada capacidad de exportación genera un cuello de botella que se traduce en un exceso de oferta, obligando a las fábricas a bajar los precios para evitar un colapso en sus operaciones.
En conclusión, el descenso en los precios de los quesos a nivel de fábrica es un síntoma claro de los desafíos que enfrenta la industria láctea argentina. La situación pone de manifiesto la necesidad de un equilibrio entre la producción, el consumo y las políticas económicas. Si la tendencia continúa, los productores de leche podrían verse afectados, ya que la rentabilidad de las fábricas es un factor determinante para el precio que se paga por la materia prima en el tambo.
Fuente: Todo Lechería