Mientras los grandes productores ven una fuerte caída en su rentabilidad, los tambos de menor escala en Argentina están operando a pérdida, lo que genera una gran incertidumbre en el sector.
El sector lácteo argentino se encuentra en una de sus etapas más críticas en cuanto a rentabilidad. Un reciente informe ha revelado que la viabilidad económica de los tambos en el país está directamente ligada a su escala de producción. Si bien el mercado de la leche enfrenta desafíos generalizados, la crisis golpea de forma desproporcionada, poniendo a prueba la resiliencia de los productores y amenazando la estructura misma de la industria.
Los tambos más pequeños, aquellos que producen menos de 2.000 litros de leche diarios, son los más afectados por este complejo escenario. El informe señala que estos productores han entrado en territorio negativo, operando directamente a pérdida. Sus limitadas economías de escala les impiden absorber el aumento de costos de insumos, como el alimento y la energía, lo que hace que su producción sea financieramente insostenible. Esta situación pone en un riesgo inminente su continuidad en el negocio.
La situación es distinta, pero no menos preocupante, para los productores de mayor envergadura. Los grandes tambos, que superan los 5.000 litros diarios, han visto su rentabilidad caer drásticamente, con sus ingresos reduciéndose a tan solo US$0,02 por litro. Aunque sus operaciones no están en pérdida, el margen de ganancia se ha estrechado significativamente, lo que impacta su capacidad de inversión y crecimiento.
El origen de esta crisis multifacética se encuentra en la combinación de un entorno económico adverso y la dinámica de los mercados globales. La rentabilidad de los productores se ha visto presionada por el descenso de los precios internacionales de la leche, mientras que, a nivel local, los costos de producción continúan en aumento. Esta pinza de precios y costos es lo que ha generado un “estrés financiero” que impacta de manera brutal en los tambos, especialmente en los de menor tamaño.
En conclusión, la crisis de rentabilidad en el tambo argentino es un claro reflejo de los desafíos que enfrenta la industria láctea del país. La marcada disparidad entre la rentabilidad de los productores grandes y la pérdida de dinero de los pequeños podría acelerar un proceso de consolidación. Sin un cambio en las condiciones económicas, el futuro para los tambos de menor escala parece cada vez más incierto, lo que podría llevar a una reconfiguración definitiva del mapa de la producción láctea en Argentina.
Fuente: Bichos de Campo