La familia Murga incorpora robots de ordeño a 2.782 m de altitud para mejorar productividad, bienestar animal y atraer turismo.
La familia Murga, del Tambo Señora Sofía, trasladó su establecimiento lácteo a Tafí del Valle (2.782 m sobre el nivel del mar) y lo transformó en un tambo robotizado, considerado “el más alto del mundo”. Inicialmente comenzó en Santiago del Estero, pero decidió modernizarse y apostar por la tecnología.
El enfoque tecnológico incluye dos robots de ordeño de marca DeLaval, pista de alimentación automatizada y una guachera techada para proteger al ganado del clima adverso. Estas inversiones apuntan a mejorar la calidad de vida de vacas y trabajadores.
El ordeño es voluntario: las vacas son atraídas al robot por alimento, se las identifica con un chip, se higienizan las ubres, se ajustan pezoneras con láser, se ordeñan y luego se analizan calidad y salud de la leche automáticamente.
Hoy el tambo trabaja con siete empleados, cada uno capacitado en varias tareas, y apunta a escalar: tienen capacidad para 70 vacas por robot, y como meta llegar a 140 animales en 15-20 meses. También busca operar en dos o tres turnos para generar más empleo.
Además de producción, el tambo incorpora turismo rural, visitas guiadas, producción artesanal de quesos y recuperación de genética bovina. También produce su propio forraje, traen insumos como maíz y soja, y se sostiene como unidad familiar donde cada integrante tiene múltiples roles.
Fuente: Informe Digital