Nueva directiva tendrá que recuperar confianza tras pérdidas, esfuerzos de deuda y retrocesos en resultados financieros.
Nestlé está bajo presión. Su acción ha caído cerca de un 45 % desde su máximo de 2022, mientras los inversores exigen un plan claro que revierta la pérdida de volumen, los costos inflados y la baja demanda en algunas categorías.
Algunas de sus unidades, como el negocio de tratamiento de alergias con cacahuetes (Palforzia), mostraron grandes pérdidas: sola esta unidad registró una depreciación de 1.900 millones de francos suizos en 2023.
Nestlé ha adquirido deuda importante en los últimos años, en parte para recompras de acciones y pagos de dividendos, lo que incrementa la presión financiera en un contexto de menores márgenes operativos.
Entretanto, la dirección ejecutiva cambió: Philipp Navratil asumió como nuevo CEO, y Pablo Isla tomará la presidencia. Los inversionistas esperan que sean capaces de implementar una estrategia con mayor agilidad, foco en resultados y decisiones concretas.
Los retos incluyen recuperar ventas, optimizar costos, revisar portafolios de marcas de bajo rendimiento, mejorar la rentabilidad y restaurar la reputación en materia de gobernanza, tras los últimos escándalos ejecutivos.
Fuente: Bloomberg Línea