Leche sin vacas: un experimento biotecnológico con más preguntas que certezas
El debate en torno a la llamada “leche sin vacas” vuelve a la agenda científica y mediática. Un grupo de investigadores de Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Francia logró producir caseínas en bacterias recombinantes con estructura y digestibilidad comparables a las de origen bovino. Según sus autores, estas proteínas podrían utilizarse para elaborar productos como quesos o yogures.
El avance representa un desafío biotecnológico en tiempos de demanda creciente de alimentos y presión ambiental. Sin embargo, su potencial está aún lejos de convertirse en una alternativa real a la leche de vaca.
La referencia sigue siendo la leche bovina
Especialistas en nutrición remarcan que la caseína bovina es una proteína de alto valor biológico, con beneficios comprobados en la salud ósea, muscular y metabólica. Su combinación con el suero lácteo constituye un estándar insustituible en la nutrición deportiva y clínica.
En diálogo con La Nueva., la licenciada en Nutrición Milva Bahntje explicó que, si la caseína producida en bacterias mantuviera las propiedades de la natural, podría usarse en determinados contextos, pero aclaró que aún faltan estudios clínicos que lo confirmen. Además, investigaciones en EE.UU. detectaron diferencias moleculares en proteínas de laboratorio que podrían alterar la interacción con la microbiota intestinal.
Obstáculos regulatorios y sociales
Más allá del entusiasmo biotecnológico, persisten dudas regulatorias y sociales: ¿será aceptada esta “leche” como un alimento natural o quedará marcada como un producto artificial? La confianza del consumidor, señalan los especialistas, será determinante.
En este escenario, la leche de vaca mantiene su lugar central: es un alimento natural, probado durante generaciones y parte de la cultura alimentaria global. Frente a las promesas de laboratorio, sigue siendo la referencia nutricional, social y económica de la cadena láctea.
Fuente: La Nueva