ESPMEXENGBRAIND

9 Oct 2025
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9 Oct 2025
Adriana Kizur apuesta por producción artesanal de queso, yogur y dulce de leche a partir de cabras seleccionadas.
Veterinaria chaqueña impulsa quesos caprinos desde su pequeño proyecto familiar

En el corazón rural del Chaco argentino, pequeña y decidida, la veterinaria Adriana Kizur encabeza un emprendimiento lácteo caprino que en apenas tres años ha dado pasos concretos hacia la diversificación productiva. Bajo el lema “lo nuestro es algo pequeño”, Kizur combina su vocación profesional con la producción de quesos y otros lácteos artesanales, apostando por la calidad frente al volumen.

De cabras criollas a animales de raza lechera

Su actividad comenzó con cabras criollas mejoradas y seleccionadas localmente. Pero en 2025 logró incorporar ejemplares de raza lechera desde Córdoba, con la meta de elevar sus niveles de producción y lograr mayor consistencia en sus litros diarios.  Actualmente, ordeña entre 12 y 15 litros diarios, lo que, al transformarlo en queso —según la relación uno a diez— rinde aproximadamente kilo y medio por día.

Productos artesanales: diversidad y simplicidad

Kizur destina buena parte de sus litros a productos lácteos elaborados: quesos, leche fluida pasteurizada, dulce de leche, ricota y recientemente yogur. En este último caso, eligió usar fermento específico (Lactobacillus bulgaricus) y métodos simples de incubación (8 a 12 horas) para que el yogur se desarrolle sin aditivos ni conservantes.

La clave del proyecto está en mantener los procesos lo más naturales posibles, apelando al sabor y la identidad artesanal que valoran algunos consumidores conscientes. “No tengo aditivos ni conservantes; solo fermento y tiempo”, resume Kizur.

Infraestructura limitada y metas de crecimiento

Aunque la escala actual es modesta, la emprendedora ya vislumbra el siguiente paso: construir una quesería equipada con tina, cámara de maduración y sistema de refrigeración adecuado. Hoy trabaja desde una “piecita” adaptada, con heladeras caseras, pero reconoce que los quesos no pueden madurar a 30 °C, deben estar por debajo de 10 °C.

Su rodeo actual incluye unas diez cabras en ordeñe, más quince cabrillas próximas a partir, con la proyección de alcanzar 50 ejemplares lecheros. Pero para ella, el verdadero desafío no es tanto multiplicar animales, sino poder procesar la leche con condiciones que mantengan calidad y valor.

Obstáculos del productor pequeño

Kizur no esquiva las dificultades: financiamiento incierto, infraestructura precaria y reglas del juego cambiantes. Como muchos emprendimientos pequeños, debe “tirar para adelante a pulmón”, sin garantías ni respaldo formal.

Muchas veces la demanda supera su capacidad de producción y es incapaz de satisfacer pedidos crecientes. Sin embargo, sostiene que el compromiso con la calidad y la constancia le dan legitimidad frente a consumidores locales.

Fuente: AgroPerfiles — Entre cabras y la elaboración de quesos, la labor de una veterinaria chaqueña AGROPERFILES

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