Un superalimento lácteo para la salud ósea
Entre las múltiples variedades de queso que integran la dieta argentina, el parmesano destaca como uno de los más ricos en calcio, proteínas y fósforo, tres nutrientes esenciales para mantener huesos y dientes fuertes.
Solo 28 gramos de parmesano aportan cerca del 30 % del valor diario recomendado de calcio, lo que lo convierte en un alimento ideal para todas las etapas de la vida, especialmente en la adultez y la tercera edad.
Un clásico italiano con beneficios comprobados
Originario de Italia, el queso parmesano —o Parmigiano Reggiano— se elabora a partir de leche de vaca entera y parcialmente descremada, y se caracteriza por su larga maduración, que puede extenderse de 12 a 36 meses.
Este proceso no solo potencia su sabor y textura, sino que también incrementa la biodisponibilidad del calcio, es decir, la capacidad del cuerpo para absorber y aprovechar este mineral.
Además, contiene aminoácidos esenciales, vitamina A, B12 y zinc, lo que lo convierte en un alimento completo dentro del grupo de los lácteos duros.
Aliado del sistema óseo y del rendimiento físico
Los nutricionistas destacan que incorporar pequeñas porciones de queso parmesano en la dieta ayuda a prevenir la pérdida de masa ósea, contribuye a la recuperación muscular y mejora el equilibrio mineral del organismo.
Por su alto contenido de calcio y proteínas de calidad, también es un gran aliado para deportistas, niños en crecimiento y adultos mayores.
Su versatilidad permite incluirlo rallado sobre pastas, en ensaladas, sopas, risottos o como snack saludable, sin necesidad de recurrir a grandes cantidades.
Moderación y calidad, las claves
Aunque el parmesano es un alimento nutritivo, los especialistas recomiendan consumirlo con moderación debido a su contenido de sodio y grasa.
Optar por versiones artesanales o de denominación de origen garantiza una mejor calidad nutricional y un sabor auténtico.
Fuente: La Gaceta






