El conflicto entre la cooperativa Conaprole y su sindicato escaló a niveles inéditos y amenaza con paralizar parte de la producción lechera uruguaya. La empresa, que procesa cerca del 70 % de la leche del país, mantiene una disputa abierta con la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL), en un contexto de tensión creciente y advertencias sobre el impacto en miles de empleos.
De acuerdo con el medio Debate Uruguay, la confrontación se profundizó tras el fracaso de las negociaciones por un nuevo convenio colectivo, que lleva más de cuatro meses de vencido. El sindicato acusa a la patronal de “evadir su responsabilidad en los Consejos de Salarios”, mientras que la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU) sostiene que “no hay condiciones de paz laboral” para reabrir el diálogo.
El gremio denuncia que, además de los incumplimientos en materia salarial, se están aplicando sanciones injustificadas a trabajadores, lo que encendió aún más la indignación en las plantas industriales. Desde la empresa, en cambio, apuntan a “medidas sindicales reiteradas y desproporcionadas” que afectan la competitividad del sector.
Conaprole es la principal cooperativa lechera del país, con más de 17.000 empleos directos e indirectos y una fuerte presencia exportadora. Una paralización prolongada tendría consecuencias significativas tanto en el abastecimiento interno como en las exportaciones de leche en polvo y quesos, pilares de la economía agroindustrial uruguaya.
La FTIL adelantó que convocará a una asamblea general el próximo 3 de noviembre para definir eventuales paros o movilizaciones. En tanto, el gobierno busca mediar para evitar una escalada mayor en un conflicto que ya se conoce como la “guerra láctea uruguaya”.






