En Tandil, el productor Federico Alonso está marcando un punto de inflexión en la modernización de los tambos argentinos. Ingeniero naval y mecánico, comenzó su camino importando equipos de automatización y, hace tres años, decidió aplicar la tecnología en su propio establecimiento: La Colorada.
El tambo trabaja con entre 240 y 280 vacas en ordeñe voluntario, alcanzando una producción promedio de 29,5 litros por vaca por día, y más de 30 litros en primavera. Todo el proceso está automatizado: ordeñe, limpieza y alimentación, lo que permite monitorear la salud de cada animal y mejorar la eficiencia general del sistema.
Entre los equipos incorporados se encuentran los robots de la firma neerlandesa Lely, reconocida mundialmente por su tecnología en ordeñe automatizado. Estos sistemas permiten que las vacas se ordeñen de forma voluntaria, registrando datos en tiempo real sobre producción, peso y comportamiento. También se integran herramientas de limpieza y distribución de alimento robotizadas, que reducen costos laborales y elevan el bienestar animal.
“Queremos que el tambo sea rentable, sustentable y agradable para la gente que trabaja en él”, afirma Alonso. Su objetivo es demostrar que la tecnología puede transformar la rutina del tambo y hacerlo más atractivo para las nuevas generaciones.
Con energía solar, manejo mixto (pastoreo y suplementación) y una mirada sustentable, La Colorada se consolida como ejemplo de eficiencia en la producción láctea argentina. La experiencia de Alonso muestra que invertir en automatización no solo mejora los resultados productivos, sino que también redefine la relación entre tecnología, trabajo y bienestar animal.
Fuente: Bichos de Campo






