La automatización está redefiniendo la producción de leche en Argentina. Los sistemas de ordeño robotizado se consolidan como una innovación de alto impacto que combina eficiencia productiva, bienestar animal y condiciones de trabajo mejoradas.
En los tambos automatizados, cada vaca accede voluntariamente al sistema de ordeño tras ser identificada, y los sensores gestionan información clave como visitas, producción diaria y condiciones sanitarias. El alojamiento debe adaptarse para facilitar un flujo libre hacia los robots: cuanto más confortable y accesible sea, mayor será la visita y la producción.
En nutrición, la técnica cambia: los animales reciben concentrado en función de su producción y etapa de lactancia; pero es crítico equilibrar para evitar que el consumo de forraje se reduzca y aparezcan problemas como acidosis.
Sanidad y bienestar también se transforman: los sistemas robotizados registran conductividad, color de leche y actividad, lo que permite detectar mastitis subclínicas o alteraciones metabólicas antes de que impacten en la producción.
Para el sector lácteo argentino, esta revolución tecnológica plantea un doble desafío:
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Adaptar infraestructura, sistemas de datos y capacitación
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Escalar modelos para que la automatización no quede solo en segmentos nicho
El mensaje es claro: la lechería del futuro no pasa solo por mayor volumen, sino por mayor precisión, control y valor agregado.
Fuente: TodoLechería






