La lechería colombiana atraviesa uno de los momentos más tensos de los últimos años. La llegada masiva de leche en polvo importada, sumada a la apertura comercial y a la falta de mecanismos de protección efectivos, generó un clima de incertidumbre que hoy preocupa a productores, industriales y analistas del sector.
Los ganaderos advierten que el ingreso de leche más barata desde otros países está desplazando la producción local, afectando especialmente a los pequeños y medianos tambos, que no pueden competir en igualdad de condiciones. A esto se suma la volatilidad de los precios internacionales y la ausencia de políticas claras de apoyo a la cadena láctea.
Qué está pasando en el mercado
Los productores aseguran que la industria está priorizando la leche importada por su menor costo, lo que reduce la demanda interna y deja a miles de familias rurales sin un ingreso estable. Algunos incluso hablan de “riesgo de abandono” de la actividad si no se toman medidas urgentes.
En varias regiones, el precio que reciben los ganaderos no cubre los costos de producción, y el temor es que la situación se agrave si siguen ingresando volúmenes altos de leche en polvo.
Un escenario que genera preocupación
La “incertidumbre lechera” —como ya se conoce en el sector— no solo afecta la rentabilidad, sino también la planificación productiva. Sin previsibilidad, muchos tambos frenan inversiones, reducen rodeos o analizan diversificar su actividad para no depender exclusivamente del ingreso lácteo.
Organizaciones rurales y asociaciones ganaderas piden mayor regulación, controles aduaneros más estrictos y políticas de incentivo a la producción nacional, además de revisar el impacto de los acuerdos comerciales sobre la cadena.
Qué podría pasar en los próximos meses
El principal desafío será equilibrar la balanza entre mercado interno y apertura externa. Si continúan las importaciones a bajo costo, el riesgo es un deterioro aún mayor de la producción local. En cambio, si se fortalecen los programas de compra pública, asistencia técnica y financiamiento, podría generarse un alivio para los productores colombianos.
Por ahora, la incertidumbre domina el escenario y el sector espera decisiones oficiales que permitan estabilizar la actividad y evitar un retroceso estructural en la producción de leche en Colombia.
Fuente: El Cronista






