Con 66 años de historia, Alquería se consolidó como una de las empresas lácteas más emblemáticas de Colombia, pero también como un actor social clave en el desarrollo del país. Desde hace casi seis años, la transformación de la compañía está liderada por Rafael Álvarez, un ejecutivo con más de 30 años de trayectoria en consumo masivo y una fuerte visión de liderazgo con propósito.
“Las crisis se vuelven pequeñas cuando piensas a 100 años”, resume Álvarez al explicar la filosofía que guía hoy a la empresa: una estrategia que combina crecimiento económico, impacto social y sostenibilidad ambiental.
Un propósito que atraviesa toda la estrategia
El eje de la transformación de Alquería está definido por un propósito claro:
“Nutrir el futuro de Colombia transformando sueños en realidades”.
Lejos de ser un eslogan, Álvarez sostiene que este principio orienta cada decisión estratégica, desde el desarrollo de nuevos productos hasta la evolución hacia una empresa multicategoría y multimarca.
“Hace 66 años bastaba con decir ‘un vaso de leche, un vaso de salud’. Hoy el país es distinto, las necesidades son otras y debemos responder con más innovación, más tecnología y más impacto”, afirmó el gerente.
Campo, niñez y educación: los pilares del impacto social
Para Alquería, el futuro de Colombia está en el campo, los recursos naturales y la niñez. Esa visión se traduce en programas concretos:
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Vaca Madrina: más de 100 ganaderos beneficiados, con aumentos de ingresos de entre 35% y 50%.
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Herederos de Tradición, junto al SENA: más de 260 jóvenes graduados como técnicos agropecuarios.
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Fundación Alquería Cavelier: impacta en más de 200.000 niños por año a través de programas educativos.
Para Álvarez, la educación es la principal herramienta de movilidad social y el verdadero motor del desarrollo a largo plazo.
Crecimiento económico con propósito
Uno de los hitos de su gestión fue el objetivo de duplicar la empresa, una meta que parecía ambiciosa pero que se cumplió.
En 2024, Alquería cerró con ventas cercanas a los 2 billones de pesos, duplicando su tamaño en apenas cinco años.
“Al duplicar la empresa, quintuplicamos el impacto social. Ese es el verdadero resultado que nos mueve”, destacó Álvarez.
Alquería como empresa B: triple impacto
Alquería opera bajo el modelo de empresa B, comprometiéndose por estatuto a equilibrar tres dimensiones:
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Económica
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Social
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Ambiental
“La rentabilidad es el medio para generar impacto, no el fin en sí mismo”, explicó el gerente, quien subrayó que el compromiso con estas tres cuentas es estructural y de largo plazo, sin depender de modas empresariales.
Además, en materia ambiental, la compañía trabaja con más de 1.650 recicladores de oficio, promoviendo la economía circular y la dignificación del trabajo.
Proyección al 2030: más que una empresa láctea
De cara al futuro, Álvarez afirmó que Alquería busca consolidarse como una empresa de alimentos, no solo láctea. Entre los objetivos hacia 2030, se destacan:
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Volver a duplicar el tamaño de la compañía
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Ampliar el impacto social
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Medir cuántas familias logran salir de la pobreza a través de sus programas
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Profundizar el trabajo en educación, inclusión y reciclaje
Fuente: Publimetro






