La lechería mundial de agosto 2025 en adelante comenzó a experimentar un exceso de volumen producido lo que terminó deprimiendo los precios generales. En el gráfico Consumo de lácteos global vs producción exportadores podemos ver como en 2025 la producción creció más que el consumo.
El panorama cambia para el 2026, año en que se espera que la producción no presente una variación interanual significativa mientras que el consumo crecería entre 1 y 1,5 % lo que quitará la presión actual sobre los precios internacionales, quedando ver el nivel de stocks acumulados y el tiempo que demore la demanda en absorberlos.

Coincidiendo con este escenario la producción de leche en Argentina marcó la segunda primavera más lechera de su historia, solo superada por la del 2015. Esto lo podemos ver en el gráfico Producción leche primaveral y que abarrotó un mercado interno poco demandado y un mercado externo con precios en baja (luego le sigue el gráfico con la evolución estacional comparada de los últimos 4 años):


La producción comienza a ceder por estacionalidad en el último bimestre del año y el año 2025 finalizaría con un volumen en torno a +10% respecto de 2024. Ya en 2026, el ingreso al verano implicará una presión adicional: el estrés calórico reduce el consumo de materia seca y, en paralelo, la menor calidad forrajera disponible y la mayor proporción de vacas con días en lactancia extendidos tienden a recortar la producción individual, como ocurre habitualmente en esta época.
A esto se suma la dinámica del rodeo: el secado masivo que suele iniciarse desde noviembre reduce en forma significativa la cantidad de vacas en ordeñe, llevando el stock en producción a su piso estacional alrededor de febrero. Un condicionante clave para el primer semestre de 2026 es la relación maíz/leche (kg de maíz que puede comprarse con 1 litro de leche), que históricamente promedia 2,0 kg/lt. Hoy el productor cierra el año con 1,8 kg/lt, frente a 2,4 kg/lt en noviembre de 2024, lo que implica una caída de la capacidad de compra de maíz de aproximadamente -25% interanual. Con estos precios relativos, el arranque de 2026 mantendría la restricción: salvo que el precio al productor se acerque a $550/lt en enero, difícilmente se observen volúmenes superiores durante el primer semestre.
En 2026 el 1° semestre estará más anclado al mercado interno donde jugará la merma estacional en producción, la evolución de las ventas de lácteos (las nuevas medidas económicas en cartera como la reducción de impuestos podrían ayudar). Según OCLA, en su Balance Lácteo ene-oct 2025 (ver cuadro), el consumo per cápita creció +5,2% sobre mismo período del 2024, observándose una moderación en sep-oct con mayor peso de compras promocionadas. De cumplirse las proyecciones de un PBI real +3% y considerando la elasticidad ingreso de 0,5, el consumo per cápita podría crecer aproximadamente 1,5% en 2026, condicionado a ingreso disponible y precios relativos.

En el 2° semestre es esperable un reacomodamiento del frente internacional. La ralentización de la producción y una demanda que no cede son factores alcistas que dependerán del nivel se existencias acumuladas.
Un escenario probable desde nuestro punto de vista.
Fuente: DairyLando






