El problema para sus ganaderos es que no hay quien la compre.
Little Sadie/Flickr

La agricultura y la ganadería tampoco pasan por su mejor momento como consecuencia de la crisis sanitaria en la que estamos inmersos. El cierre de restaurantes y cafeterías, la cancelación de eventos masivos o la caída de las exportaciones deja a los ganaderos españoles con más litros de leche de los que pueden colocar y despierta prácticas abusivas desde otros actores del mercado europeo.
Excedente. Aunque normalmente durante los meses de primavera la producción de leche aumenta debido a que las vacas pasan más horas pastoreando al sol, en este caso, el exceso de oferta es mayor que en otras ocasiones. Los ganaderos se han encontrado con un contexto donde las exportaciones están a la baja y la demanda de leche en polvo en Asia ha caído, según informa FENIL a El País y confirma la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). De hecho, otros países comunitarios como Francia o Alemania comparten el mismo problema.
Más causas. Otra de las razones por las que los ganaderos no logran dar salida al excedente lácteo reside en paralización del sector hostelero y la cancelación de eventos familiares como bodas, bautizos y comuniones y el estancamiento del sector turístico. Los mercadillos tradicionales y las tiendas de souvenirs forman parte de la red de canales de distribución utilizada por la industria quesera y los fabricantes de derivados lácteos como la cuajada o la quesada pasiega.
Abusos. En mitad de este contexto, hace tan solo un par de semanas la UPA denunciaba la llegada de leche y productos lácteos de países como Francia, Alemania o Portugal. Pero, ¿cómo es posible que los distribuidores españoles compren leche del extranjero si a los ganaderos locales les sobra? Según la Unión de Pequeños Ganaderos y Agricultores, sus homónimos europeos estarían aprovechando la coyuntura del coronavirus para vender leche por debajo del coste pactado y, así, dar salida a sus respectivos excedentes.
Para ser más exactos, la organización agraria ha contabilizado un total de 30 camiones cisterna diarios, lo que se traduce en aproximadamente una importación de un millón de litros con un coste de 0,14 euros, cuando el precio comunitario pactado se sitúa en 0,30 euros el litro, una cifra que no cubre los costes situados en torno a los 0,33 euros.
Industria quesera. La caída de las exportaciones y la paralización de hostelería y turismo son las principales razones que mantienen a las queserías en punto muerto. El diario asturiano El Comercio recogía hace dos semanas, que los productores del queso Cabrales paralizaban su producción ante la inminente cancelación de pedidos y la imposibilidad de abastecer a restaurantes. Como consecuencia y con el objetivo de no acumular más pérdidas, estos productores de la localidad de Tielva han comenzado a vender la leche a varias comercializadoras y poner a la venta también algunas cabezas de ganado.
Tal y como recoge eldiario, los queseros manchegos también han comenzado a notar una caída del consumo en los hogares, pero sobre todo de las exportaciones internacionales.
¿Soluciones? Por un lado, desde la UPA han pedido a las Administraciones públicas que extremen la vigilancia para evitar que las grandes superficies continúen incorporando leche a precio de pérdidas. Por su parte, desde Bruselas recomiendan el almacenamiento privado de todos los productos lácteos (quesos, mantequilla, etc). Por ello, el Ejecutivo francés ha reiterado estas medidas a sus ganaderos y ha pedido que congelen todos los quesos de denominación de origen que les sea posible y que transformen la leche fresca que no están vendiendo en leche en polvo.
Teniendo en cuenta que la Unión Europea es el principal proveedor mundial de leche en polvo, tiene sentido que ésta se guarde para cuando el contexto de exportaciones mejore.

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