A comienzos de julio hubo una serie de discusiones entre productores del sector lácteo y los industriales, quienes finalmente son los que compran el producto para el desarrollo de sus marcas. Las discrepancias fueron resultado de temas como el precio de la leche y las importaciones de los derivados.
Lo anterior llevó a que salieran reacciones de un lado y del otro, incluso que, como ha pasado históricamente, se diga que “el problema es de la vaca”, pues la productividad comparada con la de grandes países lecheros es muy diferente.
Ahora, se conocieron los resultados de acopio de leche e importaciones, las cifras parecen ser buenas pues en el primer caso, lo que compraron los industriales fue de 1.637 millones de litros, es decir que hubo un alza de 7,6% si se compara con el mismo periodo de 2019, cuando fueron 1.522 millones de litros.
El acopio, que entre otras cosas también es una referencia a la leche formal que se negocia, tuvo sus meses más fuertes en abril cuando la industria le compró a los productores 275,3 millones de litros (alza anual de 13%), y aún más en mayo con casi 2.889 millones de litros.
Al pasar al panorama de las importaciones, la situación también tiene cifras generales aceptables. En el total el grupo de lácteos, en el primer semestre entraron al país 48.136 toneladas, casi 22% menos que un año atrás cuando se registró el ingreso de 61.643 toneladas.
Además, estas cargas de lácteos en precios corrientes pasaron de importaciones por US$156,7 millones entre enero y junio de 2019 a US$134,6 millones en ese periodo de este año, es decir, 14% menos.
El debate entre ambos lados se había hecho más fuerte por los niveles de sobreoferta, resultado de las importaciones y producción local. Tan solo entre enero y mayo, según Fedegan, a Colombia entraron más de 42.100 toneladas de lácteos (22.841 leche en polvo), frente a las 891 toneladas de lácteos exportados (42 de leche en polvo).
La justificación de la industria es que en 2019 la producción cayó por efectos climatológicos que entorpecieron algunas actividades agrícolas (dentro de ellas la de los lácteos), y se esperaba que en 2020 pasara lo mismo, así que para no afectar sus desarrollos, se importó leche desde enero. Al final pasó lo opuesto, en el campo el clima fue favorable y se dieron condiciones para producir leche. El acopio llegó a 1,3 millones de litros entre enero y mayo, 7,2% más que en el mismo periodo de 2019.
“Esto llevó a una cadena de reclamaciones por parte de los productores, especialmente ante el temor de que la industria comprara menos leche nacional o bajara el precio de referencia del litro”, agregó Gabriel Lorduy, de Coopcampesinos lácteos. Sin embargo, solo a junio, la leche en polvo entera importada cerró con una caída anual de casi 8%.
Las posturas de los ganaderos e industriales
Por un lado, el presidente de Asoleche, Juan Sebastián Bargans, comentó que “no se debería hablar de sustitución de importaciones de leche en polvo, sino de tener la capacidad de competir”. Pero desde el panorama de los ganaderos, el presiente de Fedegan, José Félix Lafaurie, señaló que hay un punto de estancamiento, “en el año 2.000 Colombia produjo 5.300 millones de litros de leche; 20 años después, esa ganadería ‘ineficiente’ produce 7.300 millones. Comenzando el siglo, la industria procesaba 57 % de la producción, en 2019 fue apenas 42%”.