Francisco Rodríguez | Presidente de Industrias Lácteas Asturianas
Francisco Rodríguez, en su despacho en la planta de Ilas en Anleo (Navia). / J. PAÑEDA

Abre el lunes la edición de este año de los Cursos de La Granda con una ponencia titulada ‘Tres son tres: las autonomías, las empresas públicas y la globalización’

Francisco Rodríguez es el presidente y el fundador de Industrias Lácteas Asturianas (ILAS-Reny Picot, empresa láctea asturiana de relevante presencia internacional que no tiene en la leche fresca su principal producto. El lunes protagonizará la apertura de los Cursos de La Granda 2019 con una conferencia titulada ‘Tres son tres: las autonomías, las empresas públicas y la globalización’. La cita es al mediodía en la casa propiedad de Arcelor situada a orillas del embalse que da nombre a los cursos, en Gozón.

-¿A qué se refiere el título?

-La conferencia no pretende abordar todos los problemas que padece Occidente, pero me parece que en España hay tres asuntos de la máxima importancia. Son los que dan título a la conferencia, y convendría tratarlos con el máximo rigor.

-¿Hay exceso de poder público?

-Unos dan por bueno el Estado de las autonomías y otros son reticentes. Por eso hace falta una reflexión.

-¿En qué terreno se sitúa usted?

-Eso lo desvelaré en la conferencia.

-¿La globalización es positiva o negativa?

-El término me resulta metafórico. Puede entenderse como un sistema que sitúa en el globo a países que admiten productos fabricados en otros cuyos salarios son más baratos. Eso es positivo para el consumidor del país que importa y negativo para el señor de ese mismo país que puede perder su trabajo. Si llevamos la reflexión un paso más allá, quien pierde un puesto de trabajo en un país que importa al final no va a poder comprar las cosas que le ofrezcan por muy baratas que sean.

-El término arancel vuelve a estar en el orden del día.

-No son una novedad. Los portugueses lo llamaban derechos niveladores. Si está todo inventado. El hombre es más viejo que las medidas que toma.

-Su empresa cumple sesenta años.

-Y todavía no hemos llegado ni a la mitad del camino.

-¿Cómo ha sido la evolución?

-Compitiendo de forma permanente. Y competir es cualquier cosa menos un pasatiempo. En el sector lácteo siempre hubo competencia, tanto en la compra de la leche como en la venta de productos, y tras la entrada en la UE y ahora con la globalización pues aún más. De eso estamos bien servidos.

-Los productos de Reny Picot se encuentran en muchos rincones del mundo.

-Ya me gustaría que estuviesen en más. Pero no hay queja.

-¿Dónde se encuentran sus principales mercados?

-Depende del producto. La mantequilla en Francia, la leche en polvo en México y el queso en España.

-Paradójicamente la leche fresca no es su principal producto

-Ni mucho menos. La tenemos porque es indispensable. En este momento nuestro principal producto es la mantequilla y en general toda la grasa de leche.

-¿Hay planes de expansión?

-Siempre los hay, pero a día de hoy no son especialmente ambiciosos.

-¿E inversiones en Asturias?

-Es un proceso permanente. Seguramente en un futuro próximo corregiremos alguna de las instalaciones de leche en polvo en busca de perfeccionar lo que ya estamos haciendo, pero no gran cosa.

-¿Cómo valora la creación de la consejería de Innovación y qué implicación puede tener en su sector?

-Lo valoro bien. Si desde el gobierno de Asturias la industria se ve apoyada será bueno para todos.

-¿Qué opinión le merece el nuevo consejero de Desarrollo Rural, Agroganadería y Pesca?

-No tengo el gusto de conocerlo. En cualquier caso, las relaciones con los distintos gobiernos de Asturias siempre han sido magníficas.

-¿Considera que la promoción del producto asturiano está a la altura?

-Desde el punto de vista de mi sector Asturias es una región que presenta ciertas dificultades orográficas que configuran un campo difícil de tratar. Producir en Asturias es más caro que en otros sitios.

-¿Cómo se podría contrarrestar esa realidad?

-Habría que tener unos precios más acordes con los costes de producción, pero esa pequeña globalización que significa la UE y el abandono del campo impide que tengamos precios diferenciales más ajustados a los costes. En el plano de la promoción hay que reconocer la gran labor que realiza la Central Lechera Asturiana.

-Es su competencia.

-La competencia exige deportividad y reconocer los méritos del adversario.

-¿El mercado exterior continúa siendo la principal asignatura pendiente de la industria asturiana?

-Por supuesto. Asturias es una región pequeña y España un país pequeño. Nuestro mercado es reducido, y si queremos pasar a grandes series de producción es evidente que hay que salir al mercado mundial.

-¿Cuáles son las barreras?

-Es un mercado que hay que abrir todos los días, y los demás no están por la labor de ceder su puesto.

-Los empresarios asturianos denuncian carencias en materia de infraestructuras y conectividad.

-Los enlaces aéreos dependen del número de pasajeros. Si no se cubre cierto porcentaje, los aviones no pueden volar salvo que estén subvencionados, y el hecho de que no haya pasajeros es un serio problema derivado de lo que da de sí el mercado.

-Las conexiones aéreas se subvencionan de manera encubierta.

-Yo las subvenciones nunca las veo bien.

– Tiempo atrás se anunció en La Granda una colaboración con Peña Santa. ¿Se ha concretado?

-El entendimiento entre las dos empresas es excelente y no cabe duda de que surgirán cosas que hacer conjuntamente.

– Los ganaderos critican que se importe leche de Francia.

-Pues tienen razón. Revertir la situación implica mejorar las condiciones de producción y para eso son necesarios precios más estimulantes que cubran los costes. Es una especie de círculo vicioso.

-Las quejas por el precio de la leche son una constante

-Por eso digo. Desde Galicia a Cataluña son insuficientes para cubrir honradamente los costes de producción del ganadero, que son más altos que en Bretaña o Normandía. No les queda renta, de ahí el abandono del campo. Que no busquen otra explicación que no la hay. Lo que también es cierto es que actuar únicamente sobre los costes tampoco resolvería el problema.

-Se vislumbran unas nuevas elecciones a nivel nacional. ¿Sería tan negativo como se presagia?

-En ese juego yo no puedo entrar. Lo que sí creo es que los políticos hacen lo que pueden y que también compiten entre ellos. Tendrían que llegar a acuerdos, que es lo que yo deseo por el bien del país.

-Asturias sigue a la cola productividad y a la cabeza en envejecimiento y pérdida de población ¿Es optimista de cara al futuro?

-No tengo duda de que tenemos que plantearnos muy en serio el tema de la natalidad. Y de fuera tendrán que venir los que necesitemos, no más. Mi mayor deseo es que entre todos encontremos la fórmula de sacar el país hacia adelante. Si a España le va bien, a Asturias también.

-Ovetense de oro y residente en Madrid. ¿Qué tierra tira más?

-Yo nací en plena Guerra Civil (1936-39) en un pueblecito de Cangas de Narcea llamado Trascastro y al año mi familia se fue a Madrid. Asturias tira más. Es allí, en Llamera, donde está la casa de mi madre, la mía, pero también tengo que decir que Madrid es una magnífica tierra de acogida.

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